Lunes 16 de Diciembre de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

El Nuevo Embajador

Armando Ríos Piter | 16/12/2024 | 12:02

Desde su campaña, las promesas de Donald Trump, han estado enfocadas a “poner fin al crimen migrante” y “parar el flujo de drogas peligrosas” desde la frontera sur a territorio estadounidense. Con este objetivo, la semana pasada, el republicano anunció que designará a “Ron” Johnson como embajador en México.

El perfil del diplomático ha causado gran revuelo. Tras haber servido en el Ejército de Estados Unidos a lo largo de tres décadas, graduarse en Inteligencia Estratégica y contar con experiencia dentro de la Central de Inteligencia (CIA), fungió como embajador en El Salvador. Debido a  estos antecedentes, se ha subrayado que este nombramiento implicará un cambio drástico en la relación bilateral, especialmente respecto al tipo de operaciones que podrían implementarse en suelo mexicano.

Quienes conocen a Johnson afirman que es “pragmático” para alcanzar los objetivos que se plantea. Durante su estancia en centroamérica, desincentivó el acercamiento de Bukele hacia China y frenó las “caravanas” migrantes. Aplaudió el arresto de pandilleros, la reducción de los índices delictivos, así como la estrategia implementada contra el crimen organizado. Pese a las críticas en torno a violaciones de derechos humanos por los arrestos masivos, abogó por que El Salvador mantuviera su certificación en cuanto a su “respeto a las libertades”.

Con este perfil, en México surgen varias preguntas: ¿Cómo actuará en su nueva encomienda? ¿Qué dinámica establecerá para cumplir con la encomienda establecida por Trump? ¿Qué implicaciones tendrá?

El mandatario entrante declaró puntualmente: “Juntos, vamos a poner fin a los crímenes de los migrantes, detener los flujos ilegales de fentanilo y otras drogas peligrosas a nuestro país, y hacer a Estados Unidos seguro otra vez”. Habrá que ver cual es la directriz que el diplomático establezca, una vez que sea ratificado en el Senado estadounidense.

Por lo pronto, es previsible que su llegada genere dos escenarios posibles. Por un lado, puede darse que, con la intención de combatir los flujos de personas y drogas hacia el otro lado de la frontera, Johnson conviva, ignore y consienta implicitamente, la creciente pérdida de equilibrios institucionales que han provocado las recientes modificaciones constitucionales impulsadas por la llamada 4T en México.

La convivencia pragmática con los cambios hechos respecto al Poder Judicial, la militarización de la seguridad con la incorporación de la Guardia Nacional a la SEDENA o la nueva “supremacía constitucional”,todas ellas, percibidas por una parte importante de la sociedad mexicana, como contrarias a la protección de los derechos humanos, podrían servir de aval tácito a un modelo que cada vez se aprecia más proclive al autoritarismo, por sus escasos de contrapesos.

Por otro lado, la colaboración en torno al combate a los cárteles criminales, abre la oportunidad de que el Estado mexicano, recupere amplias regiones que hoy, por incapacidad, o por franca colusión, tiene perdidas. Si el gobierno de Claudia Sheinbaum, realmente está comprometido con combatir el preocupante poderío que ha alcanzado la delincuencia organizada, la coordinación de esfuerzos es fundamental.

Cabe recordar que por primera vez en la historia, la crisis relacionada con el uso de drogas, ha generado una muerte masiva de ambos lados de la frontera. En México, el sexenio de AMLO dejó casi 300 mil víctimas entre asesinatos y desaparecidos. En Estados Unidos, se habla de unos 550 mil que murieron por el uso de Fentanilo. El problema obliga a un tratamiento diferente, a provocar cambios institucionales profundos.

Sirva este contexto, para analizar la propuesta presentada recientemente por el estudioso, Eduardo Guerrero, sobre construir un Tratado de América del Norte en materia de Seguridad, con la finalidad de responder a los desafíos que prevalecen en la región. Un instrumento de esta naturaleza no solo permitiría incrementar la inversión en aspectos tales como policías, aduanas, sino que ayudaría a que la evolución institucional en materia de inteligencia, investigación e impartición de justicia, eleve sus estándares, con la finalidad de reducir el impacto del crimen en la vida cotidiana de los ciudadanos.

La llegada del nuevo embajador exige una reflexión. Más allá de su perfil y encomienda como funcionario, la #SociedadHorizontal puede ir más allá. Planteamientos innovadores como los que Guerrero ha puesto sobre la mesa, permitirían tener un mapa de ruta más allá de la coyuntura inmediata y el ruido post electoral. La #NuevaRepública puede echar raíces profundas en torno a una relación proactiva entre México y Estados Unidos, para unidos apuntalar el liderazgo global del hemisferio.