El primer ministro interino de Siria, Mohamed Al Bashir, defendió este viernes que la construcción del nuevo Estado sirio es responsabilidad de "todos" y pidió abordar el futuro del país con la "reconciliación" como base, durante un sermón en la mezquita Omeya de Damasco.
"Población de la Siria libre, la victoria es una gran responsabilidad y es una responsabilidad para todos nosotros. La construcción del Estado es una responsabilidad de todos nosotros", sentenció Al Bashir, que la víspera suspendió su primera comparecencia de prensa como dirigente.
En un sermón no anunciado durante el rezo musulmán del viernes en la capital, llamó a escribir una nueva historia para el país árabe "con las manos de los libres", tras el derrocamiento del Gobierno de Bachar al Asad hace cinco días por parte de una coalición de grupos insurgentes islamistas y proturcos.
"El camino hacia la reconstrucción de Siria, país de la civilización, la dignidad y la libertad, y hacia el futuro solo puede hacerse a través de la tolerancia y la reconciliación", consideró el primer ministro, que asumió el poder de forma temporal hace tres días.
Al Bashir condenó las "torturas" y "humillaciones" a las que estuvo expuesta la población durante casi medio siglo de mandato de los Al Asad en Siria, y recordó que muchos sufrieron detenciones y desplazamientos a lo largo de los años.
"Uno de los grandes regalos de Dios ha sido la liberación de los prisioneros y prisioneras en manos del tirano (...) Estaban en los centros de detención del régimen criminal, encabezado por el maldito Bachar", denunció el mandatario en funciones durante su intervención.
Durante su rápido avance desde el noroeste del país, los insurgentes fueron abriendo diferentes cárceles y centros de detención pertenecientes a los órganos de seguridad del antiguo régimen para liberar a los detenidos, incluida la infame prisión de Sednaya, a las afueras de la capital.
La ONU estima que unas 130.000 personas desaparecieron durante el conflicto que se desató en el país a raíz de las revueltas iniciadas en 2011 contra Al Asad, muchas de ellas a manos de las propias autoridades.
"La Nación busca recuperar su dignidad y su gloria, ya es el momento para que la noche de la tiranía termine y para que el sol de la libertad brille en Siria", concluyó Al Bashir, al que los fieles iban respondiendo con gritos de 'Alá es grande, oh Siria'.
Miles de personas tomaron parte este viernes en el rezo en la histórica mezquita Omeya, en cuyas inmediaciones tuvo lugar a posteriori una congregación para celebrar la caída del Gobierno sirio, al igual que ocurrió en diversas otras ciudades del país.
Este es el primer viernes, día sagrado musulmán, desde el derrocamiento de Al Asad el pasado domingo y muchos esperaban que el sermón en Omeya fuera pronunciado por el líder insurgente Ahmed al Charaa, conocido por el nombre de guerra Abu Mohamed al Jolani.