El joven Luigi Mangione, presunto asesino del director ejecutivo de UnitedHealthcare -Brian Thompson-, buscaba cometer un asesinato "preciso, que no ponga en riesgo a inocentes", según dejó escrito en un cuaderno ahora en manos de la Policía y que fue consultado por The New York Times.
También la CNN recoge que Mangione consideró haber usado una bomba contra Thompson, pero lo descartó porque "podría matar inocentes", en otra anotación de ese mismo texto donde el hombre, de 26 años, declaraba su "animadversión por la América empresarial".
En ese mismo cuaderno también calificaba la reunión con inversores de su empresa -a la que se dirigía Thompson en el momento del asesinato- como "una convención anual de tacaños parásitos".
El caso de Mangione sigue siendo hoy portada de los grandes medios estadounidenses, que recogen párrafos de ese cuaderno que aparentemente describen a una persona resentida con el sistema de salud del país y con el mundo empresarial que se enriquece con la gestión de las enfermedades.
Según el tabloide New York Post, Mangione mencionó que era injusto que Estados Unidos tuviera el sistema de salud más caro del mundo y que ello sirviera para el lucro de unas cuantas compañías, pero no para aumentar "nuestra esperanza de vida".
En cuanto a los avances en la investigación policial, CNN cita dos fuentes que aseguran que las huellas dactilares encontradas en el lugar de los hechos coinciden con las que le han sido tomadas al propio Mangione, pero a pesar de eso sus abogados aseguran que se va a declarar no culpable, al menos de los delitos por los que se le persigue en Pensilvania, relativos a documentación falsa y a posesión ilegal de arma.
Su defensa legal también ha adelantado que van a negarse a la "extradición" del estado de Pensilvania, donde ha sido detenido, al de Nueva York, donde se le podría juzgar por el asesinato en un proceso que duraría varias semanas, según The New York Times.