Al menos 30 oficinas de diputados franceses en sus circunscripciones han sido vandalizadas desde hace una semana por grupos de agricultores, en protesta por la caída del Gobierno conservador de Michel Barnier, que tenía preparada medidas en favor del sector que ahora se quedan sin aplicar.
La estimación la dio la presidenta de la Asamblea francesa, Yaël Braun-Pivet, este miércoles, cuando en Dijon (este) el centro de la ciudad fue ocupado por 200 tractores de dos organizaciones sindicales agrícolas, que también protestan por el acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercado Común del Sur (Mercosur).
«La angustia y las inquietudes, por muy legítimas que sean, no deberían expresarse a través de la intimidación contra los representantes democráticamente escogidos», declaró Braun-Pivet, en un comunicado.
Algunas oficinas parlamentarias han sido tapiadas con ladrillos, pintadas o han recibido montones de desechos frente a sus fachadas, en acciones reivindicadas por el principal sindicato agrícola, la FNSEA.
La mayor parte de las representaciones vandalizadas son de diputados de La Francia Insumisa (LFI) y del ultraderechista Agrupación Nacional (RN), dos de los partidos artífices de la moción de censura que tumbó al Ejecutivo de Barnier.
Por esta caída del Gobierno, los agricultores se quedarán, de momento, sin una serie de medidas tributarias que les eran beneficiosas incluidas en su proyecto de presupuestos para 2025.
Esos dispositivos quedarán paralizados al menos mientras no haya un nuevo primer ministro designado por el presidente francés, Emmanuel Macron.
El nuevo jefe de Gobierno tendrá además que ser capaz de sobrevivir a una nueva moción de censura en una Asamblea Nacional, fracturada en tres bloques en principio irreconciliables.
Además, los agricultores y ganadores franceses presionan también a los responsables políticos para que el pacto comercial entre el bloque europeo y el sudamericano no entre en vigor.
Aunque en el rechazo a ese acuerdo existe un raro consenso político de todas las fuerzas, el sector quiere que el Gobierno y Macron se movilicen más en el ámbito europeo, para atraer a más países de la UE y frustrar un pacto refrendado por la Comisión Europea (CE) el pasado viernes en Montevideo.