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Mujeres nobel, unas 'rara avis' que inspiran a artistas para iluminar Estocolmo

EFE | 09/12/2024 | 14:06

Desde 1901, el Premio Nobel solo se ha concedido en 66 ocasiones a mujeres y una de ellas, Maria Sklodowska-Curie, lo logró dos veces. Unas auténticas “rara avis” cuya obra sirve de inspiración al festival de luz que cada año se celebra en Estocolmo en conexión con estos galardones.
 
'Las luces de la Semana Nobel' es un festival para el que artistas, diseñadores y estudiantes crean obras de arte luminosas, que ocupan las calles y este año varias están dedicadas a ganadoras de uno de estos galardones.
 
Aunque el festival está presentado por el Museo del Premio Nobel, son los artistas quienes eligen qué premio y galardonado inspira su instalación, explicó a EFE la directora general adjunta de la Fundación Nobel, Anna Sjöström Douagi.
 
'Leading Lights' es un creación de imágenes y música que cobra vida en las paredes del Ayuntamiento de Estocolmo para rendir homenaje a las mujeres que han logrado "el mayor beneficio de la Humanidad", como dejó escrito en su testamento, Alfred Nobel, al crear los premios.
 
Curie, Nobel de Física en 1903 y de Química en 1911, actúa como guía simbólica para llevar al espectador a través de los descubrimientos y aportaciones de esa mujeres, entre ellas la guatemalteca Rigoberta Menchú, Nobel de la Paz en 1992.
 
La artista Elise Cervin ha creado 'De Aderton', una forma antigua de decir en sueco 'los 18', en referencia al número de mujeres con un Nobel de Literatura y a la expresión con la que tradicionalmente se conoce a los miembros de la Academia Sueca que deciden ese premio, explicó a EFE.
 
Una pequeña instalación de madera, que recuerda el exterior de una cabaña y en cuyas paredes están escritos los nombres de todos los Nobel de Literatura. 103 en azul, el de los hombres, y 18 en rojo, el de las mujeres. "Es una forma muy visual de ver el desequilibrio entre ambos", agregó.
 
La parte superior de la estructura exhibe un retrato de cada premiada hecho con la técnica de la falsa vidriera, en tonos rojos y azules, e iluminados desde el interior.
 
La instalación fue hoy escenario de una noche de literatura, durante la que se leyeron fragmentos de obras de la última premiada, Han Kang; junto a Grazia Deledda (1926), Annie Ernaux (2022) y Olga Tokarczuk (2018).
 
Cervin reconoce que le hubiera gustado tener que hacer una instalación con más nombres de mujer en rojo.
 
Tanto la Fundación Nobel -dijo su directora adjunta- como las instituciones que conceden los premios “se toman muy en serio la cuestión del escaso número de mujeres galardonadas”.
 
Un desequilibrio que es también “reflejo de las posibilidades que han tenido las mujeres a la hora de acceder a la investigación superior”, aunque Douagi destacó que en los últimos años se ha visto “una mejor representación femenina” en los premios científicos.
 
Durante más de cien años solo hubo dos mujeres laureadas en Física, pero desde 2018 se ha concedido a tres, en el caso de Química -destacó-, de las ocho premiadas la mitad lo fue desde 2018.
 
Este año, el Premio Nobel ha recaído en diez hombres y una sola mujer, la surcoreana Han Kang, ganadora del galardón de Literatura.
 
'Experiment' es una de las instalaciones dedicadas a una mujer científica, May-Britt Moser, que junto a su marido Edvard Moser, logró el Nobel de Medicina en 2004, por descubrir el sistema de posicionamiento del cerebro.
 
Una especie de GPS interno que la instalación reproduce como un juego de luces y formas que se inspiran en los patrones triangulares observados en los experimentos de los Moser.
 
Malala Yousafzai, la premiada más joven a los 17 años, en 2014, con el nobel de la Paz, es recordada en la obra 'Hope', que reproduce en luz una frase de la joven: "Que esta sea la última vez que un niño pierde la vida en la guerra».
 
El poema 'Amor a primera vista', en el que la nobel de Literatura polaca Wislawa Szymborska reflexiona sobre el poder transformador de los encuentros fortuitos, es la base para una instalación de imágenes y proyecciones con el mismo título.
 
Está montada en la misma escalera en que hace doce años se conocieron los artistas Ash y Veronica Reed. Una casualidad que se acabó convirtiendo en una asociación vital y una colaboración artística.