El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, escenificará su regreso a la escena internacional con su participación este sábado en la reapertura de la catedral de Notre Dame de París, lo que supone su primer viaje al extranjero desde que ganó las elecciones del 5 de noviembre.
El republicano, que gobernó el país entre 2017 y 2021 y que asumirá de nuevo el poder el 20 de enero, fue invitado por el presidente francés, Emmanuel Macron, y coincidirá con decenas de autoridades, como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el presidente italiano, Sergio Mattarella; y el canciller alemán, Olaf Scholz.
En la ceremonia también participará la primera dama saliente de Estados Unidos, Jill Biden, en representación del presidente Joe Biden, quien ha optado por un bajo perfil público tras los comicios que ganó el republicano.
"Es un honor para mí anunciar que viajaré a París, Francia, el sábado para asistir a la reapertura de la magnífica e histórica catedral de Notre Dame", anunció el martes por sorpresa Trump en su perfil de la red Truth Social.
El presidente electo alabó además a Macron por haber llevado a cabo un "trabajo maravilloso" para lograr la restauración de la célebre catedral, que sufrió un grave incendio el 15 de abril de 2019, y llevarla a "su máximo nivel de gloria".
"¡Será un día muy especial para todos!", apuntó.
El viaje de Trump a Francia, donde mantendrá una reunión bilateral con su homólogo en el Elíseo, escenifica el regreso al tablero internacional del republicano, quien propone una política proteccionista bajo el lema 'Estados Unidos primero' y que durante su primer mandato agitó las relaciones con los aliados tradicionales de Washington.
Desde el día que ganó las elecciones, Trump ha mantenido una intensa agenda de llamadas telefónicas con líderes de todo el mundo que reflejan las prioridades de la política exterior para su segunda Administración.
El republicano se ha propuesto acabar con la guerra en Ucrania, liberar los rehenes estadounidenses que permanecen secuestrados en la Franja de Gaza y ha puesto en cuestión el futuro del tratado de libre comercio T-MEC con México y Canadá.
El mandatario dice ser capaz de lograr un acuerdo en 24 horas que ponga fin al conflicto en Ucrania y su equipo diseñó un plan que propone condicionar el envío de armamento a Kiev para forzar al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a negociar con el líder ruso, Vladímir Putin.
Ucrania y sus aliados europeos temen que un plan de estas características suponga dejar las fronteras tal y como está el frente de batalla, lo que en la práctica implicaría la anexión a Rusia de los territorios ucranianos ocupados por las fuerzas rusas.
Asimismo, Trump se ha rodeado de altos cargos favorables a la anexión israelí de la Cisjordania ocupada y amenazó a Hamás con un "infierno" si no libera a los rehenes estadounidenses antes de su investidura.
Pero el anuncio que más estupor ha generado es su intención de imponer aranceles a sus vecinos de México y Canadá, países unidos por el T-MEC, si no se reduce la llegada de migrantes y fentanilo a Estados Unidos.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, viajó a Florida para cenar con el republicano y tratar de limar asperezas, mientras la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, lo llamó por teléfono.
Trump aseguró en redes sociales que en esa conversación arrancó el compromiso de México de cerrar la frontera, un extremo que Sheinbaum ha desmentido.
El regreso al poder de Trump coincide además con la publicación de las memorias de la excanciller alemana Angela Merkel (2005-2021), quien lidió con el mandatario estadounidense y afirma que este mostraba "fascinación por el poder absoluto" de líderes como Putin o el norcoreano Kim Jong Un.