El sector de los seguros deberá asumir al menos 135.000 millones de dólares de pérdidas económicas provocadas este año por desastres naturales, entre los cuales los más costosos han sido los huracanes Helene y Milton, y las tormentas eléctricas en Estados Unidos, que en conjunto son responsables de más de dos tercios de las pérdidas aseguradas globales.
Europa, por su parte, ha experimentado inundaciones particularmente graves y que darán lugar a las segundas pérdidas aseguradas por inundaciones más elevadas de la historia en esta región, según datos difundidos este jueves por la reaseguradora Swiss Re.
"Por quinto año consecutivo, las pérdidas aseguradas por catástrofes naturales superarán los 100.000 millones de dólares. Gran parte de esta creciente carga de pérdidas se debe a la concentración de valor en las zonas urbanas, al crecimiento económico y al aumento de los costes de reconstrucción", señaló en un comunicado el director de Riesgos Catastróficos de la compañía suiza, Balz Grollimund.
El responsable sostuvo que el cambio climático ha favorecido las condiciones detrás de muchas de las catástrofes registradas en 2024 y que la influencia de este fenómeno es cada vez más importante en esta tendencia, por lo cual invertir en medidas de mitigación y adaptación debe convertirse en una prioridad para los países.
Las inundaciones fueron, después de los huracanes, el tipo de desastre más costoso, con unos 13.000 millones de dólares hasta el momento.
Entre los episodios más graves figuran las inundaciones registradas en octubre en la región de Valencia, en España, así como en Europa central -con efectos hasta Europa oriental- un mes antes, que han supuesto en total pérdidas aseguradas por 10.000 millones de dólares.
Swiss Re apunta también a las inundaciones en Emiratos Arabes Unidos, en particular por la interrupción que causó en las operaciones del aeropuerto de Dubai -el de mayor tráfico del mundo-, como responsables de un gran volumen de pérdidas.
Por coste, los dos mayores huracanes que pasaron por el estado de Florida, en Estados Unidos, fueron los desastres más graves al haber causado daños asegurados por 50.000 millones de dólares.
Además, este año hubo varias tormentas eléctricas en varias partes de ese mismo país y los cálculos realizados hasta ahora indican que costarán unos 51.000 millones de dólares, el segundo importe más elevado de la historia (luego de los 70.000 millones de dólares en 2023) por este tipo de desastre.