Adal Ramones llega a sus 63 años de edad sin achaques y con el espíritu de trabajar incansablemente y disfrutar a su familia al máximo.
El regiomontano que se hizo popular por Otro Rollo, festeja hoy un aniversario más de vida y afirma que no hay nada mejor que hacerlo trabajando.
"No me gusta ser el centro de la fiesta; viví con mucha gente y vivo con mucha gente y familia que celebra una semana su cumpleaños. Yo no, es un día y ya. Estoy con la familia, con mi mujer, con mis hijos; y ya. No contesto los mensajes en el día, me espero al día siguiente", comentó Adal Ramones en entrevista.
El actor, comediante, escritor y productor comenzó el lunes los primeros ensayos de Monty Pyhton's Spamalot, y cuya preparación alternará con la obra teatral Un Cuento de Navidad, que presentará a partir del 13 de diciembre en el Nuevo Teatro Silvia Pinal.
"En diez años me veo trabajando; no hay nada que me dé más felicidad que trabajo. Vi incansablemente a doña Silvia Pinal que acaba de partir, al maestro Ignacio López Tarso, con dos obras al mismo tiempo, con una memoria prodigiosa.
"Hay actores que dicen 'no me voy a jubilar'. Habemos los que decimos 'qué bien que estoy feliz arriba del escenario'. En diez años me veo con esta misma pasión, con esta misma energía", comentó Ramones.
Su felicidad, platicó, tiene que ver con la estabilidad de su matrimonio y familia con Karla de la Mora, con quien tiene a Cristóbal y Cayetano, además de Paola y Diego, a quienes tuvo con su anterior esposa, Gaby Valencia.
"Estoy de vacaciones y soy hiperactivo. A los cuatro, cinco días, ya quiero estar en el bullicio, en las juntas creativas. Quiero estar en todo.
"Hay una frase que me preguntaron ¿te quieres volver loco porque no tienes trabajo o te quieres volver loco porque tienes mucho trabajo?".
Conductor y creador de contenido, Adal afirmó que llega a una edad donde se siente pleno y saludable, sin mayores achaques y con una gran vitalidad.
"Estoy muy sano, nunca fumé; la única vez que me quisieron ofrecer droga, la probé y dije 'me voy a morir, esto no es para mí'. Me dijeron 'metetela por la nariz'.
"El día que me quemé con Burundis me durmieron para limpiarme la fosa nasal que se me había achicharrado, y cuando desperté el doctor me visitó en el cuarto y me dijo 'supe que nunca te has metido droga, creíamos que sí por esa hiperactividad'", puntualizó Adal.