Lo que viene tras la elección de jueces

AUNQUE SEA PARADÓJICO, UNA vez que se habla de un registro de más de 31 mil poténciales magistrados para integrar el Poder Judicial en el país, no deja de llamar la atención cómo hacer para lograr que los mexicanos salgan a votar por quien sea.

ES EL IDEAL QUE SE HA planteado si o si en el gobierno federal, que el Poder Judicial se democratice, que sean los mexicanos los que decidan quién debe ser juez, pero el proceso que implica generar un proceso democrático dista mucho de ser simple y tampoco es barato.

SI LA ELECCIÓN FUERA EL DÍA DE hoy, serían tal vez más los candidatos a juez o magistrado según sea el caso, que propiamente los ciudadanos que saldrían a votar por ellos.

Y SI A ESTO LE AGREGAMOS QUE el proceso de decantación sea con una especie de sorteo, la perspectiva de que sean los más capaces puede quedar en entredicho.

PARA QUIENES HAN SALIDO A LA defensa de la reforma al Poder Judicial para que se dé tal manera, sostienen que han sido tantos los recursos que en vanidades se han gastado en la historia del Poder Judicial, que alcanza perfectamente para el proceso de elección, sin embargo como en cualquier proceso democrático, una vez que se haya logrado el sufragio, falta aún el proceso de impugnación que en cascada seguramente se presentará por aquellos que no hayan quedado conformes con el proceso y con el resultado.

SIN CUESTIONAR SI ESTO ES LO que verdaderamente necesita el país para tener un Poder Judicial más transparente y honesto, lo que sí se puede vislumbrar es que será un camino de mucho desgaste que generará nuevas controversias.

EN UN PAÍS COMO EL NUESTRO donde la confianza en las instituciones se ha visto erosionada por escándalos de corrupción y falta de transparencia, la propuesta de que los ciudadanos voten por jueces y magistrados se presenta como una oportunidad imperiosa para fortalecer nuestro sistema judicial y, por ende, la democracia.

LA INDEPENDENCIA DEL PODER Judicial es un pilar fundamental en cualquier sociedad democrática, y la forma en que seleccionamos a quienes la representan debe reflejar nuestros valores y aspiraciones como nación.

PERO EL PROCESO DEBE SER ordenado y no hecho sobre las rodillas a fin de que una elección directa de jueces y magistrados convoque a los ciudadanos a participar activamente en la construcción de un sistema judicial más justo y representativo.

SIN EMBARGO, EL PROCESO DE selección está riesgo de ser marcado por prácticas opacas y a menudo politizadas, donde la meritocracia queda relegada ante intereses partidistas.

AL OTORGAR A LA POBLACIÓN LA facultad de votar por estos funcionarios, solo con un criterio superficial como el vecino que conozco, sustituirá el mérito por las lealtades y eso no elevaría la rendición de cuentas.

SE SUPONE QUE SE BUSCA UN ambiente en el que la justicia no solo sea un concepto abstracto, sino una realidad palpable en la vida cotidiana de los mexicanos.

ADEMÁS, UN SISTEMA EN EL QUE los jueces son electos por el pueblo podría contribuir a una mayor diversidad en el Poder Judicial, pero también la oportunidad de que el servilismo político llegue a los procesos legales que tienen bajo su responsabilidad.

LOS DESAFÍOS PARA INICIAR SON LA educación cívica y la cultura de participación como aspectos que deben ser fortalecidos para garantizar que los votantes tomen decisiones informadas.

ES FUNDAMENTAL QUE LOS ciudadanos comprendan el papel crucial que juegan los jueces y magistrados en la defensa de sus derechos y en la administración de justicia. La realidad hoy en día es que la mayoría de los ciudadanos no lo saben.

UNA PREGUNTA QUE NOS hacemos hoy es si la implementación de un sistema electoral para jueces y magistrados debería ir acompañada de regulaciones estrictas para prevenir el financiamiento ilícito y la influencia de grupos de poder, que de ser así, no ha resultado lo suficientemente claro.

ES VITAL QUE EL PROCESO electoral sea transparente y que las reglas del juego se establezcan de manera clara, para que la elección de estos funcionarios no se convierta en un mero reflejo de las dinámicas políticas tradicionales, que es lo que más se ha discutido.

¿Y USTED YA TIENE A SU JUEZ O magistrado predilecto?

HASTA LA PRÓXIMA.