Agencia Reforma | 27/11/2024 | 11:26
Los compromisos de México en reducción de emisiones ha quedado rezagada respecto a otros países de Latinoamérica, consideró Moody's Analytics.
El País tiene como meta reducir la emisión de gases de efecto invernadero en 35 por ciento hacia 2030, que podría elevarse a 40 por ciento en caso de contar con financiamiento, tecnología y la innovación necesaria.
Sin embargo, naciones como Brasil y Colombia tienen objetivos más ambiciosos.
El país carioca planea disminuir sus emisiones hasta en 48.4 por ciento el próximo año y 53.1 por ciento para 2030.
Mientras tanto, la meta de Colombia es reducir sus emisiones contaminantes 51 por ciento para 2030.
"México tiene un compromiso menos ambicioso, lo que permite un ligero aumento de las emisiones en los próximos años. También ha condicionado los objetivos a la ayuda financiera y tecnológica internacional.
"Entre los grandes países de América Latina, Chile y Colombia han establecido objetivos más ambiciosos. Ambos aspiran a reducir las emisiones en los próximos años. También lideran la región en la planificación y el establecimiento del marco legal para la transición energética", expone Moody's Analytics en su reporte "Los Retos de la Transición Energética en América Latina", publicado el jueves pasado.
El documento muestra que a nivel mundial, Brasil ocupa el octavo lugar en términos de consumo de energías renovables, mientras que México está en el otro extremo, pues las energías renovables representan sólo 10 por ciento del consumo de energía primaria.
Arturo Carranza, experto en temas de energía, explicó que en el sexenio pasado hubo freno al ritmo de la transición energética, pero con el Gobierno de Claudia Sheinbaum se observa un interés por cumplir con las metas de reducción de emisiones contaminantes.
"Lo más importante no son las metas en sí, sino los planes que el Gobierno defina para transitar y para lograr concretar esas metas. La Administración pasada fue un sexenio perdido en materia de reducción de emisiones contaminantes.
"Hay que estructurar políticas públicas, programas, acciones que permitan cumplir esas metas y lograr la consolidación de inversiones necesarias", puntualizó en entrevista ayer.
Un mayor uso de energías renovables no sólo beneficiaría al combate climático, también impulsaría la economía nacional.
Por ejemplo, e desarrollo de proyectos de hidrógeno verde en México podría traducirse en una derrama nacional de hasta 4 mil 400 millones de dólares, según Environmental Resources Management (ERM).