Claudia Guadalupe Martínez Jasso. | 24/11/2024 | 01:03
Tu Alma lo sabe. Te ha ocurrido en algún momento, que piensas en alguna persona y de pronto se cruza su mirada frente a ti, en una calle aparentemente como una casualidad. Tu corazón salta alegre y se siente contento con naturalidad, pero en ocasiones entra la mente domesticada a apagar el momento con dudas y negaciones y la mayoría de las veces se acalla la fiesta del encuentro de Almas, para seguir en el cotidiano y volverte a desconectar del cielo para enchufarte a solamente una pequeña parte de la maravilla de la Conciencia. Somos polvo de estrellas dicen. Vibramos en unicidad, como cuando tocas la cuerda de un violín y suena por sí mismo el que está al lado, por resonancia. La verdadera comunicación, comienza cuando se apaga el ruido del mundo. Cuando los latidos del corazón se sincronizan. ¿Has estado en momentos de silencio por una pérdida, alguna situación trágica, o maravillosa o algún nacimiento? Es cuando se enciende la energía alrededor de nosotros, por dentro, muy dentro de nuestro Ser y entonces no necesitamos palabras, pero nos entretejemos, en solidaridad, en acompañamiento, en PRESENCIA y entonces, estamos allí, con el otro, acompañando, diciendo sin enunciación física un sinfín de frases vibracionales, de apoyo, de ayuda, de amor, de maravilla. Es en esos momentos cuando nos sobran las palabras, porque lo que queremos transmitir es Álmico. ¿Te ha pasado que cuando vives muchos años con alguien, parece que adivinaras lo que necesita o lo que va a decir, o simplemente terminan las frases al mismo tiempo como si se leyeran mentalmente? Bueno, es que es verdad, eso sucede, se comunicaron, se sincronizaron, se escucharon y lo enunciaron. Nos da risa ¿Cierto? Y decimos ¡Nos leímos la mente! Si. Lo hicimos. Pero para que eso suceda, necesitamos antes haber conectado, sentido, habitado y encendido el botón que se ubica en el corazón. Y es que esto no es un Don para los grandes iluminados, únicamente. No es, ni una rareza, ni un prodigio fuera de tu alcance o un misterio hermético. Es natural. La madre se comunica todo el tiempo con su bebé cuando está en su vientre y no solamente a nivel físico. Sus Almas ya están en comunicación constante. El feto escucha sus pensamientos, sus palabras, sus sentimientos y los procesa como va pudiendo en el estadío gestacional. Somos la única especie incomunicada sobre la tierra. Solamente algunos cuántos se han dado a la tarea de comunicar, de escuchar, transmitir, poner atención y conocer a los demás hermanos de otras especies, de corazón a corazón. Pero para que eso suceda habrá primero que acallar el ruido mental y emocional. Más que leernos la mente racional, sería algo así como escucharnos energéticamente. Pero para que esto suceda precisamente necesitamos pasar por un proceso en el cual hemos logrado la calma, la mansedumbre. Y por supuesto, practicar. Pero obviamente, así como cuando nos intentamos comunicar con palabras y lenguaje estructurado, hay personas que quieren hablar con nosotros, otras no, algunos se cierran o esconden, es lo mismo en la comunicación profunda. Para llegar a este lugar necesitamos Ser de corazón puro. Las demás especies no están contaminadas por el ego y generalmente resuenan en frecuencias theta o alpha. ¿Por qué crees que estar con tu perrito, gatita, conejo, caballo o cualquier otro miembro de tu familia de otras especies te da tanta calma? ¿Por qué crees que te sientes comprendido(a), amado(a), pleno(a) y seguro(a)? Se están comunicando Alma a Alma. No es adivinación. Es escucha y es atención, es presencia, es amor. Al inconsciente le transmitimos mensajes a partir de metáforas, de imágenes. En ese nivel comunicativo, requerimos, primero, de estar habitando en el amor y la apertura del corazón. Necesitamos confiar en nosotros mismos como Seres despiertos y Concientes unidos a un todo y a una fuente primigenia, pura, amorosa, lumínica y verdadera. Hacer respiraciones muy lentas, calmar la mente, poner la absoluta atención en el corazón, conectar suavemente con tu compañero(a) animal no humano(a) y escuchar las sensaciones que lees, las imágenes, tal vez los dolores físicos y los sentimientos te mantendrá cada vez más comunicado(a) con Él o Ella y su relación se estrechará y se consolidará a otro nivel. Es una de las experiencias sutiles más bellas que podemos vivir en este planeta.
¡Volver a mirar, comunicarnos y dialogar energéticamente con las demás especies! Y finalmente, se abre una puerta de maravilla cuando también vuelves a reencontrarte con otros reinos, con las plantas, los árboles, los minerales. ¿De verdad crees que estamos separados del resto en el Universo? Si estás listo(a), si no hay juicio, si te resuena y tu corazón es un templo ya de empatía y contentamiento, inténtalo. Escúchalos. Ellos ya tienen alas de ángeles. Habitan otros Universos. Son Sabios. Tal vez has estado buscando la paz en lugares lejanos y puedes encontrar el amor más puro al mirar los ojos de tu perro(a), en dónde al asomarte, encuentras galaxias, orígenes y la pureza de un amor tan incondicional que te recuerda el amor que te ha creado.
Gracias por caminar juntos.
Claudia Guadalupe Martínez Jasso.
Tu terapeuta.
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