El tifón 'Pepito', conocido a nivel internacional como 'Man Yi', ha dejado al menos ocho muertos tras su paso por el territorio filipino, según han informado las autoridades del país, que no habían confirmado hasta ahora víctimas mortales.
Las autoridades han informado de que siete de las ocho víctimas mortales contabilizadas hasta el momento han muerto debido a un corrimiento de tierra en la localidad de Ambauito, en Nueva Vizcaya, al norte de Manila. A estas víctima se suma un octavo fallecido en Camarines Norte.
Además, la crecida del agua y la apertura de las esclusas de la presa de Magat ha provocado el desbordamiento del río Cagayán y ha cubierto de agua unas 500 viviendas de las riberas.
Esta crecida y desbordamiento ha sorprendido a la población cuando todavía estaba limpiando los destrozos causados por el tifón 'Pepito'. "Si la presa sigue soltando agua por sus siete esclusas puede que la ciudad de Ilagan quede totalmente borrada del mapa por las inundaciones", se ha lamentado el presidente del Comité de Preparación para Desastres de la ciudad, Jun Montereal, citado por el diario 'Manila Times'.
Sin embargo, un responsable de la presa, Carlo Ablan, ha advertido de que si no se mantienen abiertas la esclusas "la situación podría provocar la rotura de la presa y eso sería un problema mucho mayor".
La Administración de Servicios Atmosféricos, Geofísicos y Astronómicos de Filipinas (PAGASA) ha indicado que el fenómeno meteorológico, calificado en un primer momento de "supertifón", se había debilitado a lo largo del fin de semana, antes de comenzar a alejarse del archipiélago.
No obstante, ha confirmado que se trata de la sexta tormenta tropical que golpea Filipinas en tan solo un mes y ha lamentado el rastro de destrucción a su paso, especialmente en el municipio de Catanduanes, en el este de Filipinas. El tifón se ha desplazado con vientos máximos sostenidos de unos 110 kilómetros por hora y ráfagas que han alcanzado los 135 kilómetros por hora.
Más de 685.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en las provincias del noreste del país debido al peligro que ha supuesto el tifón, "potencialmente peligroso para la vida", tal y como informaban las agencias del Gobierno, según informaciones recogidas por el diario 'The Philippines Star'.
Los fuertes vientos han provocado la caída de árboles, postes eléctricos y tejados, al tiempo que las lluvias han dejado tras de sí fuertes inundaciones, especialmente en zonas costeras.