Directivos y maestros de educación de preescolar, primaria, secundaria y media superior del municipio de Cuajinicuilapa, en la Costa Chica de Guerrero, exigieron a los gobiernos federal y estatal medidas de seguridad para el regreso a clases presenciales.
En un escrito que al calce se lee "¡Regresen a vernos! ¡No más violencias!", los inconformes denuncian que debido a la violencia que prevalece las escuelas en Cuajinicuilapa suman casi tres meses cerradas.
El documento está suscrito por directivos de 6 escuelas primarias, 3 de preescolar, una de educación secundaria, del CBTA 102 y de la preparatoria 30 de la Universidad Autónoma de Guerrero (UaGro), así como por supervisores escolares de las zonas 92, 17, 039 y 93.
"Los maestros de la comunidad afromexicana de Cuajinicuilapa les pedimos que regresen a vernos; la situación de violencia del municipio es muy conocida y no abundaremos en ello, sobre todo porque, tenemos claro que ustedes, como autoridades nuestras, tienen toda la información de lo que acontece entre nosotros desde hace unos meses", exponen.
También recuerdan a las autoridades que el pasado 15 de noviembre se firmó el decreto de reforma constitucional para la igualdad sustantiva, y en Cuajinicuilapa, el 70 por ciento son mujeres y quienes estudian en las aulas en su mayoría son mujeres.
"Es grato también saber que con este decreto se eleva a rango constitucional el derecho a las mujeres a una vida libre de violencia", afirman.
"Es por eso que ustedes como autoridades actúen para garantizar nuestro derecho a una vida libre de violencia en Cuajinicuilapa".
Los firmantes aseguran que la situación de violencia e inseguridad en Cuajinicuilapa ha creado sicosis entre la población.
"¡Queremos regresar a clases presenciales ya!", exigen.
Desde octubre pasado, en Cuajinicuilapa se vive una ola de violencia que provocó que el Alcalde Hildeberto Salinas y la síndica procuradora Stephania Oliva pidieran licencia al Congreso local, luego de recibir amenazas de muerte y junto con sus familias abandonar el municipio.
Sin embargo, el pasado 10 de noviembre, Salinas, quien no ratificó su licencia, regresó a Cuajinicuilapa para reincorporarse al trabajo y elementos de la Guardia Nacional y Policía estatal lo resguardan, mientras que en el caso de Zárate se desconoce si ya regresó a sus funciones.
El regidor Félix Calleja, quien fue privado de su libertad por integrantes de un grupo del crimen organizado cuando viajaba en su automóvil hacia Ometepec a finales de octubre pasado, sigue sin aparecer.
Además, el 12 de octubre, hombres armados incendiaron la casa y el automóvil del tesorero Roberto Vargas, quien renunció al cargo y junto con su familia salió de Cuajinicuilapa.