El enemigo de México por la aplicación de aranceles en contra al menos por ahora aún no está con Donald Trump, sino en el mismo Gobierno mexicano que le está pegando a la agricultura del País con el impuesto que desde mayo estableció a las importaciones de sulfato de amonio.
Esa barrera provocó hasta ahora dos efectos: una caída de casi 70 por ciento en las importaciones del fertilizante y un encarecimiento de hasta 60 por ciento en el precio del insumo, revelan reportes oficiales.
Se trata, de acuerdo con el Inegi, del segundo agroquímico más usado en los surcos de maíz y otros cultivos en México, del cual el País sólo produce un tercio de las 1.5 millones de toneladas requeridas al año y al que desde el 8 de mayo el Gobierno del ex Presidente Andrés Manuel López Obrador le fijó un gravamen de 35 por ciento.
"La única manera de que podemos aumentar la producción agrícola en México y perfilarnos hacia la soberanía alimentaria que busca el nuevo Gobierno federal es cuidando el agua y fertilizando de manera correcta", sostuvo Rafael Rodríguez, coordinador general de la Asociación Nacional de Comercializadores y Productores de Fertilizantes (Anacofer).
"Y para esto último es necesario acercarle al productor insumos más baratos y el sulfato era la opción más accesible".
Las últimas cifras del Banco de México indican que de mayo a agosto ingresaron a México 100 mil 331 toneladas de sulfato de amonio, una caída anual de 67 por ciento y el volumen más bajo para un mismo lapso desde el 2021.
Las menores compras se suscitaron no obstante que el menor precio por tonelada ayudó a mitigar el alza de 5 por ciento anual que tuvo el dólar en el mismo lapso, al subir de un promedio de 17.21 pesos a 18.05.
En el acumulado de enero a agosto, fueron importadas 264 mil 488 toneladas, 37.4 por ciento menos que hace un año y también el volumen más bajo para un igual periodo en los últimos cuatro años.
El sulfato de amonio es de los más demandados por pequeños y medianos agricultores del País por su valor accesible y hasta abril pasado (antes del arancel) su precio llegó a ser hasta 130 por ciento más barato que el de la urea, el agroquímico más usado en México, según el último Censo Agropecuario.
Fue Aguascalientes donde en abril la tonelada de urea costó 11 mil 600 pesos y la de sulfato de amonio 5 mil, detallan cifras de la Secretaría de Economía.
Sin embargo, derivado principalmente del arancel que fijó el pasado Gobierno, en ese estado el costo de la tonelada de sulfato se disparó a 8 mil pesos (60 por ciento más) y el de la urea aumentó en 400 pesos, por lo que el diferencial que había en abril se acortó a 50 por ciento.
El coordinador de la Anacofer refirió que el 50 por ciento del sulfato proviene de China, para el cual ya aplica el arancel de 35 por ciento.
Destacó además que está por vencerse la suspensión de la cuota compensatoria que México otorgó en el 2022 a las importaciones de sulfato de amonio de Estados Unidos, lo que encarecerá también el insumo proveniente de ese país.
"El arancel al sulfato fue un madruguete que le hicieron al agricultor, principalmente al de pequeña escala, a ese que batalla con el financiamiento y anda viendo cómo obtener mayor productividad, pues este fertilizante era de las más accesibles que tenía.
"Estamos solicitando una reunión con los Secretarios de Economía y Agricultura para analizar la situación, pues es un tema que debe resolverse poniendo como eje el beneficio de la agricultura mexicana apoyando al pequeño y mediano agricultor".
Luis González Cepeda, consejero de la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos, refirió que las menor importación del sulfato de amonio también derivó de la baja en la superficie sembrada a causa de la severa sequía que hubo hasta mediados de año, principalmente en el norte del País.
Pero señaló además que es necesario eliminar el arancel a este fertilizante para no elevar más los costos de producción de los agricultores y en consecuencia alentar la soberanía alimentaria en granos básicos que plantea el nuevo Gobierno.
"Se debería eliminar el arancel hasta que no haya en México una capacidad suficiente para abastecer la demanda a los precios competitivos internacionales", sostuvo.