EFE | 10/11/2024 | 14:13
Mientras Rusia dice estar "dispuesta" a escuchar las propuestas sobre el final de la guerra del recién elegido presidente Donald Trump, Ucrania sufre ataques aéreos cada vez más intensos del enemigo contra sus ciudades e infraestructuras y lucha por repeler sus intentos de capturar Kurájove, en Donetsk (este).
Rusia atacó con un total de 145 drones de fabricación iraní 'Shahed' y otros sistemas similares ciudades ucranianas durante la noche de sábado a este domingo, en el mayor ataque aéreo ruso registrado desde que comenzó la guerra.
Los ataques de esta noche tuvieron lugar tras los múltiples lanzamientos rusos con drones, misiles y bombas aéreas a principios de semana que dejaron decenas de civiles muertos o heridos en ciudades importantes como Zaporiyia (este), Járkov (noreste), Kiev y Odesa (sur).
"Esta semana, nuestra defensa aérea trabajó día y noche para proteger los cielos de Ucrania del terrorismo ruso", reaccionó el presidente ucraniano Volodímir Zelenski en un mensaje en Telegram en el que aseguró que Rusia usó más de 800 bombas aéreas guiadas, unos 600 drones de largo alcance y casi 20 misiles en los últimos siete días.
Según el jefe de Estado ucraniano, hay suficientes sistemas de defensa aérea en Europa para proporcionar a Ucrania una protección fiable, y calificó de "incomprensible" que algunos de estos sistemas "permanezcan inactivos cuando cada uno de ellos podría salvar cientos, incluso miles, de vidas".
Civiles atacados
"Los 'Shahed' no aportan casi ningún beneficio militar a Rusia, es puramente un arma para matar civiles", dijo Andriy Kovalenko, jefe del Centro estatal para Contrarrestar la Desinformación, al reaccionar a lo que llamó una "noche del habitual terror" ruso.
"Hemos aprendido a adaptarnos, pero eso no hace que la situación sea menos aterradora", dijo a EFE Anastasia Dolnik, de 29 años, directora de logística de Odesa, tras pasar gran parte de la noche del sábado a este domingo en el aparcamiento de su edificio de viviendas, espacio que sirve de refugio antiaéreo.
Recientemente, ha tenido que bajar allí todas las noches, sólo con su gato y sus documentos, ya que decenas de drones rusos han apuntado a la ciudad costera de la que es vecina.
Ella sigue de cerca los informes de explosiones y se apresura a comprobar con su familia y amigos que viven en otras partes de la ciudad si han resultado ilesos.
Rusia intensificó sus ataques aéreos justo cuando su viceministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Riabkov, afirmó que el Kremlin estaba "dispuesto a escuchar" las propuestas de Donald Trump sobre la guerra.
Sin embargo, Dolnik no está seguro de que Trump o cualquier otro líder pueda cambiar nada a corto plazo.
"Todos queremos que la guerra termine rápidamente y que nuestros defensores y otras personas dejen de morir. Pero también queremos que no termine con nuestra pérdida y que prevalezcan el bien y la justicia", afirmó.
Rusia ignora las pérdidas para mantener la presión
La situación en la línea del frente "sigue siendo complicada y muestra signos de escalada", declaró el sábado a última hora el comandante en jefe del Ejército ucraniano, Oleksander Sirski, en una conversación con el comandante de las Fuerzas Armadas estadounidenses en Europa, el general Christopher Cavoli.
Según el Estado Mayor del Ejército, Rusia lanzó el sábado 40 y 39 asaltos, de un total de 158, en dirección a Kurájove y Pokrovsk, en la región oriental de Donetsk, respectivamente.
Las tropas rusas ya están presentes en Kurájove, tras haber avanzado en la periferia noreste de la pequeña ciudad, según la plataforma dedicada al análisis de la guerra 'DeepState'.
Aunque la proximidad del invierno ha dejado a las tropas atacantes sin gran parte de la cobertura que antes ofrecía el follaje de los árboles, su infantería realiza repetidos asaltos frontales que a menudo parecen temerarios, según Oleksandr Solonko, piloto ucraniano de drones.
Rusia tiene prisa, sugiere, porque ve "una ventana de oportunidad" y cree que puede permitirse sufrir pérdidas de tropas y vehículos blindados para aprovechar la ocasión y avanzar más en medio de las dificultades de Ucrania.
A pesar de que Rusia capturó 1.500 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano en los últimos dos meses, no puede sostener indefinidamente sus elevadas pérdidas en tropas y equipamiento, especialmente por ganancias tan relativamente pequeñas, sostiene por su parte el Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Estados Unidos.
Las bajas rusas ascendieron a 1.350 soldados sólo el sábado, según estimaciones de Kiev, y perdió casi 80.000 soldados entre muertos y heridos en septiembre y octubre.
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