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Solarium, destruido y en el abandono

Plano Informativo | 08/11/2024 | 11:46

San Luis Potosí, SLP.- El Solarium, quizá el único monumento científico que tiene la ciudad de San Luis Potosí, se encuentra severamente deteriorado. A 45 años de su construcción, el reloj de sol ubicado en una explanada aledaña al Eje Vial Ponciano Arriaga, en el Centro Histórico, luce destruido y carente de significado.
 
En el espacio que ocupa la pieza de acero inoxidable, entre la sede de Fiscalía General del Estado y el Edificio de Seguridad, crece la hierba y basura de todo tipo se disemina por doquier.
 
Se trata de uno de los sitios más abandonados del Centro Histórico. Aunque hace un par de semanas, el municipio de la capital activó un plan de limpieza y preservación.
 
Todavía en la década de los 90's, cuando las rutas del transporte urbano circulaban por el Eje Vial hacia el norte de la ciudad -antes de la reconfiguración del sistema-, cientos de personas esperaban en ese sitio. Niñas y niños correteaban alrededor del monumento, mientras sus padres les explicaban que se trataba de un reloj de sol.
 
Clavadas en el piso, había piezas verticales de metal, cuyo conjunto circular formaba la palabra Humanización, cada una de las letras sustituye un número en las 12 horas que la punta del Solarium, que aún se erige intacta, señalaba según el avance de astro a lo largo del día.
 
La pieza de de 14 metros de altura, rematada por una aguja que aún brilla, es un referente al eclipse total de sol ocurrido en mayo de 1984, que provocó una oscuridad asombrosa en pleno día. El objetivo de su creador, Jesús Fonseca Villa, era acercar la ciencia, la tecnología y la cultura a la población.
 
Hoy en día, el cuerpo central de acero inoxidable luce dañado por el graffiti. Hay fragmentos de cantera y piezas redondeadas del remate de la cornisa, que hace años formaron parte del cubo en el que está montado el Solarium, esparcidas por el suelo, y la pieza que ajustaba el número 12, permaneció varios años abandonada en el piso hasta que desapareció. Sin embargo, la base semicircular, también de metal, ha permanecido intacta, salvo por algunas abolladuras.