El Ministerio de Seguridad del Estado de China informó este miércoles de que un ex empleado que trabajaba para una agencia estatal fue condenado a muerte "por filtrar secretos de Estado" tras ser acusado de "entregar una memoria USB a agencias de espionaje extranjeras".
La cartera afirmó en un comunicado divulgado a través de la red social Wechat que el hombre, apellidado Zhang, proporcionó una "gran cantidad de secretos de Estado a agencias de inteligencia de espionaje extranjeras, poniendo en grave peligro la seguridad nacional del país".
Según el Ministerio, se trata de "material confidencial de alto secreto" que Zhang obtuvo cuando trabajaba en una agencia estatal.
Después de dejar su puesto de trabajo, Zhang se convirtió en un "objetivo importante para las agencias de inteligencia de espionaje extranjeras" hasta "convertirse en un 'títere' al que controlaban entre amenazas y tentaciones como dinero".
Según la cartera, Zhang salió del país "para reunirse con un espía extranjero apellidado Li, que lo obligó a firmar un acuerdo de cooperación". Li, prosigue el Ministerio, confiscó una memoria USB de Zhang y otras pertenencias personales.
Asimismo, Zhang habría "recibido entrenamiento" de la agencia en cuestión, de la que no se menciona a qué país pertenece.
"Se convirtió en una mano negra que robaba secretos para una agencia de inteligencia extranjera", lo que le valió la sentencia de pena de muerte, además de privarle de sus derechos políticos de por vida y confiscarle todos sus bienes personales.
La publicación no menciona que se trate de una pena de muerte en suspenso, que habitualmente en China se otorga al acusado con un aplazamiento de dos años de su ejecución, tras lo cual se convierte automáticamente en cadena perpetua.
La suspensión de la pena capital se aplica con frecuencia en casos graves de corrupción por parte de altos funcionarios.
En la rueda de prensa del Ministerio de Exteriores de este miércoles, la portavoz Mao Ning aseguró no estar al tanto de esta condena.
China reformó en abril su Ley Antiespionaje para incluir la "colaboración con organizaciones espías y sus agentes" en la categoría de espionaje.
Asimismo, el Ministerio pidió el pasado verano la movilización de "toda la sociedad" para "prevenir y combatir el espionaje", y anunció una serie de medidas para "reforzar la defensa nacional" contra "las actividades de inteligencia extranjeras".
La cartera ha defendido su revisada ley contra el espionaje y aseguró que "no afecta a las actividades comerciales normales ni a la inversiones y operaciones legítimas" de las empresas extranjeras en China.
En junio el país confirmó la pena de muerte suspendida del escritor y activista prodemocracia Yang Hengjun, ciudadano australiano de origen chino, por acusaciones de espionaje.
También deportó a la periodista chino-australiana Cheng Lei después de cumplir una condena en prisión de dos años y 11 meses por "revelar ilegalmente secretos de Estado al extranjero", algo de lo que se declaró "culpable".