Según un estudio del Dr. Peter Rossing explica cómo la diabetes tipo 2 (T2D) es una de las principales causas de enfermedad renal crónica (ERC), pero gracias a avances recientes en el tratamiento y la prevención, la atención de los riñones de los pacientes diabéticos está cambiando.
Los pacientes con diabetes tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar daño renal, lo que puede llevar a complicaciones graves e incluso a la necesidad de diálisis o trasplante renal. De hecho, la enfermedad renal crónica es una de las principales causas de muerte prematura en pacientes con diabetes tipo 2.
El mayor factor de riesgo: La obesidad
La obesidad es un factor de riesgo significativo para la Enfermedad Renal Crónica (ERC), puede causar daño renal de manera indirecta induciendo o empeorando la diabetes e hipertensión, y de manera directa, sobrecargando los riñones y generando cambios metabólicos nocivos como la inflamación y la oxidación.
Según estimaciones, el 13,8% de la ERC en hombres y el 24,9% en mujeres de países industrializados se asocia con sobrepeso u obesidad. Además, las personas obesas tienen un 83% mayor riesgo de ERC en comparación con aquellas con un peso saludable.
"La obesidad está aumentando dramáticamente y eso está causando este aumento en la enfermedad renal crónica que estamos viendo a escala global" señala el Dr. Rossing, por lo cual es crucial mantener un peso saludable para prevenir estos riesgos y proteger la salud renal.
La conexión entre la diabetes tipo 2 y la enfermedad renal crónica
La diabetes tipo 2 es una enfermedad metabólica caracterizada por niveles elevados de glucosa en sangre debido a la resistencia a la insulina. A lo largo del tiempo, el exceso de glucosa puede dañar los pequeños vasos sanguíneos en los riñones, lo que provoca una disminución progresiva de su función. Este daño renal puede ser silencioso y no presentar síntomas evidentes hasta que el daño es avanzado, lo que hace que el control precoz sea fundamental.
La ERC en pacientes diabéticos se manifiesta inicialmente con microalbuminuria, es decir, la presencia de pequeñas cantidades de proteína en la orina, un signo temprano de que los riñones están empezando a fallar. Si no se detecta a tiempo, la progresión de la enfermedad puede llevar a la insuficiencia renal avanzada, lo que requiere tratamientos de reemplazo renal, como la diálisis.
Nuevas estrategias en el tratamiento de la ERC en pacientes con diabetes
Uno de los avances más prometedores en el tratamiento de la ERC en pacientes con diabetes ha sido el desarrollo de medicamentos específicos que ayudan a frenar o incluso revertir el daño renal.
Los inhibidores del SGLT2 (transportador de sodio-glucosa tipo 2) son una clase de medicamentos que, además de controlar la glucosa en sangre, también han demostrado ser efectivos para proteger los riñones de los daños relacionados con la diabetes.
Según el Dr. Rossing, los inhibidores de SGLT2 no solo reducen la glucosa en sangre, sino que también disminuyen la presión arterial y tienen un efecto directo sobre la función renal, lo que los convierte en un tratamiento clave para los pacientes diabéticos con ERC.
Otro enfoque reciente es el uso de agonistas del GLP-1 (glucagon-like peptide 1), que son medicamentos que ayudan a controlar la glucosa, reducir el apetito y promover la pérdida de peso, lo que también puede aliviar la carga sobre los riñones. Ambos tratamientos han mostrado un impacto positivo en la reducción de la mortalidad y la morbilidad en los pacientes con diabetes tipo 2 y enfermedad renal crónica.
Atención integral en pacientes con diabetes y ERC
Los pacientes con diabetes y ERC deben ser tratados con una estrategia integral para reducir los riesgos de progresión de la enfermedad renal. De igual forma, las pruebas regulares de función renal, como la medición de la microalbuminuria y la tasa de filtración glomerular (TFG), son esenciales para detectar cualquier signo temprano de daño renal.
La reevaluación regular del factor de riesgo se debe realizar cada 3 a 6 meses. Así mismo, se debe incluir:
Terapia dirigida a objetivos: Control de la presión arterial, control glucémico, manejo de los lípidos, y terapias antiplaquetarias
Terapia farmacológica de primera línea: Metformina (T2D), SGLT2 es (T2D), sistema de activación reticular Bloqueo (HTN) y estatina
Estilo de vida: Dieta, actividad física, dejar de fumar, control de peso, ya que siguen siendo cruciales para mejorar la salud renal y metabólica.
A pesar de que la diabetes tipo 2 y la enfermedad renal crónica son desafíos significativos, los avances en la medicina, especialmente en los tratamientos farmacológicos y la prevención, ofrecen nuevas esperanzas para los pacientes.
Con un diagnóstico temprano, un tratamiento adecuado y un manejo constante, es posible no solo frenar la progresión de la ERC, sino también mejorar significativamente la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad.