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Cómo saber si tengo un infarto: médicos lo explican

EstarMejor | 05/11/2024 | 12:14

El infarto agudo de miocardio o ataque cardiaco es un cuadro clínico severo que la mayoría de pacientes no lo espera, e incluso no lo saben detectar. Los expertos en salud indican que ocurre cuando un coágulo sanguíneo bloquea las arterias coronarias, encargadas de transportar sangre y oxígeno al corazón.
 
Según la Kaiser Family Foundation (KFF), las enfermedades cardiacas representan la mayor causa de muerte en Estados Unidos, siendo la enfermedad de las arterias coronarias (que aumenta el riesgo de infarto) la afección más recurrente. En muchos casos, no es diagnosticada hasta que precisamente ocurre el ataque cardiaco.
 
El infarto no es un evento que se controla en casa, por lo que el paciente debe ser trasladado con urgencia hasta la sala de emergencias más cercana. En algunos casos, el propio afectado ha llegado por sus medios a urgencias para ser atendido, sin embargo, lo más común es que quede incapacitado o incluso que pierda el conocimiento.
 
Si no existe posibilidad de llevar al paciente a un hospital, por no tener vehículo o apoyo inmediato, lo correcto es llamar al 911 sin pérdida de tiempo. Los paramédicos brindarán los primeros auxilios pertinentes y lo trasladarán al centro de salud.
 
6 señales para saber si tengo un infarto
 
Es fundamental que todos los miembros del hogar conozcan los síntomas o señales de un ataque cardiaco, sobre todo si existe un familiar con enfermedad cardiaca diagnosticada.
 
Los signos más comunes y determinantes de un infarto son:
 
Dolor o malestar en el pecho, también llamado angina de pecho. A menudo se confunde con indigestión.
 
Debilidad o aturdimiento repentinos al realizar actividades cotidianas. Esto puede incluso causar desmayos.
Náuseas, vómitos o sudoración fría, síntomas que a menudo se observan en las mujeres.
 
Dolor o malestar en los brazos, hombros, en la parte alta de la espalda o en el cuello. Algunos pacientes lo describen como sentir que estás atado a una cuerda.
 
Dificultad para respirar luego de realizar actividades cotidianas y puede ocurrir sin dolor de ningún tipo. También puede confundirse con un ataque de pánico o ansiedad.
 
Arritmia o insuficiencia cardiaca, que se manifiesta con un ritmo distinto del latir del corazón. También provoca fatiga e hinchazón de pies, tobillos, abdomen y venas del cuello.