La amistad, la moderación y las críticas ha sido la tónica general que ha marcado el vínculo entre los presidentes de Venezuela y Colombia, Nicolás Maduro y Gustavo Petro, respectivamente, cuando se cumplen dos años de su primera reunión oficial, tras la reanudación de las relaciones diplomáticas, que llegó con el cambio de Gobierno en el país andino.
El 1 de noviembre de 2022, Petro y Maduro se encontraron por primera vez -al menos, de manera pública- en el palacio presidencial de Miraflores, en Caracas, donde reinó un tono de moderación y cordialidad, que terminó con una declaración conjunta de 11 puntos que incluyó tres acuerdos bilaterales.
Entonces, los mandatarios manifestaron “su alta complacencia y satisfacción” por la reanudación de sus relaciones, que se materializó con la llegada de Petro al poder, luego de casi cuatro años de ruptura debido al desconocimiento de la legitimidad de Maduro por el anterior Ejecutivo colombiano, liderado por Iván Duque.
Pese a que el tono de ambos gobernantes, en general, ha sido de respeto mutuo, también ha estado lleno de llamados de atención, como cuando Petro le pidió a Maduro, en más de una ocasión, que regresara al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, una solicitud que hasta la fecha no ha sido atendida por el líder chavista.
Las defensas
El presidente de Colombia ha abogado en diversas ocasiones por Venezuela, como aquella de noviembre de 2022 en que pidió a Estados Unidos que elimine el sistema de recompensas por ayudar a la captura de representantes del chavismo, como una forma de colaborar en el proceso de diálogo que se llevaba a cabo entonces entre el Ejecutivo y la oposición del país caribeño.
Seis meses después, Petro señaló que las sanciones de la comunidad internacional a Venezuela han llevadon a la pobreza al país, donde la sociedad ha pasado -dijo- “de vivir bien a no tener un plato de comida”.