Pbro. Lic. Salvador González Vásquez | 03/11/2024 | 00:58
¿Qué es aquello, a lo que le estamos dando demasiada importancia?nbsp;
Son muchas las personas y cuestiones, a las que damos una absoluta importancia, sin que sean tan importantes.
Hay cantidad de situaciones, que nos atraen, nos distraen, y nos alejan de lo más importante.
Por eso, hoy dice el Señor: “Escucha Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. ( Mc. 12).
Lo que más importa, es lo que viene de Dios. Él, es el único indispensable; y, fuera de Dios, todo tiene una relativa importancia.
No hay muchos “dioses”, solo existe uno.
No tenemos porque adorar a tantos “dioses”, adoremos solo a uno; porque Dios, es único.
Y, lo que tanto nos preocupa, nos roba la paz, y hasta la salud, todo, por darle una exagerada importancia.
Atendamos al mandato divino, que nos dice: “escucha”.
Por desgracia, los hombres no sabemos escuchar; ya que pensamos, que el otro nada tiene que decirnos.
Pero, si falta la escucha, queda la ceguera. Y así, es imposible ver, a quien le estamos dando el corazón.
Ya lo dice el dicho: “El que no conoce a Dios, dondequiera se anda hincando”.
Es bueno escuchar, el consejo que Jesús le dio a Marta: “Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada”. (Lc.10, 41-42).
No derroches energía, en aquello, que a tu parecer, es importante, pero que no lo es.
Dios es único, y no hay otro. En Él, hay que centrar todas nuestras fuerzas y energía, para poder recuperar la paz.
Pbro. Lic. Salvador Glez. Vásquez
Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 12, 28b-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús:
«El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos».
El escriba replicó:
«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
«No estás lejos del reino de Dios».
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.