¿Estás despierto(a) o vives huyendo de ti mismo(a) distraído(a) con los estímulos externos? ¿Estás cansado(a) energética, mental, emocional y físicamente y no lo has hecho consiente? ¿Vives en el presente y disfrutas tus momentos o estás angustiado(a) y adolorido(a) por el pasado? ¿Tu vida te pertenece o prefieres estar desconectado(a) de ti para evadir el ruido que se escucha constantemente dentro de ti? Las pastillas para dormir, los videojuegos, la fiesta, las compras, el estudio obsesivo, los problemas ajenos, la limpieza, o cualquier otro medio de distracción te dan momentos de un aparente descanso, sin embargo, son esfinges, curitas, pequeños engaños que te separan de ti. Y nada de lo anteriormente mencionado es malo o bueno como cualquier otro concepto, actividad u objeto, el problema es que, si es usado para escapar de tu interior, entonces se convierte en abogado del diablo. Satán le llaman al EGO. Pero no nos confundamos, el ego es necesario, es nuestro traje, nuestra identidad terrenal, pero podemos domarlo y ser nosotros, es decir, el ALMA quien surfee en esta realidad mundana con ese vestuario (el ego), en el teatro de la vida. El Ego, puede distorsionarse, enfermarse y dejarnos exiliados de nosotros mismos. Entonces, lo que hacemos cuando meditamos es precisamente observar los pensamientos, observar el tren mental, las escenas, las creencias, las emociones atrapadas, las voces que no son nuestras, sino que residuo de lo que escuchamos incluso desde que estábamos en el vientre materno. Y cuando escuchamos al silencio detrás del ruido, allí es dónde aparecemos nosotros. Que agradable es amigarnos de la medicina más Sagrada, “el silencio en el momento presente.” Cerrar los ojos, respirar y observar todo aquello que siente el cuerpo, desde la punta de los dedos de los pies, hasta la sensación energética que rodea nuestros cabellos. Después, observar nuestras emociones y llorar si es necesario e identificar si las emociones son antiquísimas y rancias. Limpiar, purificar la energía, el centro emocional que es el motor de nuestra guía interna. Comenzamos a volvernos inteligentes emocionales. Observamos nuestros pensamientos que pasan como secuencias cinematográficas, brincando de escena en escena, en un desorden angustiante, en las primeras ocasiones de encuentros sagrados con nuestro verdadero Ser, y después se va ordenando todo. Entre pensamiento y pensamiento se asoma la luz Divina y nos sonríe. Y después ponemos atención al espacio que nos rodea, tal vez, por primera vez nos damos cuenta de la energía de los objetos y comienza a florecer nuestra intuición, que es el susurro de la voz del Alma. Y en un momento todo se comienza a volver tal dulce, tan re-conocido y es cuando empezamos a recordar y nos damos cuenta de que no somos el cuerpo, ni somos las emociones, ni los pensamientos, ni los espacios, somos belleza. Somos belleza. Si, lo somos. Hay un Universo precioso que descubrimos en el silencio, un vasto mundo interno que tiene revelaciones, conexión con el cosmos, comunicación con los amados, sensibilidad brillante y la apertura a una escucha plena con otros planos de existencia. Comenzamos a darnos cuenta del amor que hay en el mundo vegetal, mineral, elemental y también a unir el corazón a los demás animales. El silencio es un descanso real. ¿Te pusieron atención “real” de pequeño(a)? ¿Y si ahora concienzudamente te permites contemplar tu presencia? Entrar en el silencio te va a mostrar que sí, es muy posible que exista un trabajo por realizar. Habrá que reconstruir tu hogar interno, hasta dejarlo como un templo o un palacio. Y entonces dormirás plácida y naturalmente sin pastillas, aprenderás nuevamente a disfrutar la vida y a jugar a diario de forma saludable y creativa, sin adicciones, sin codependencia, sin sufrimiento. Tu vida amigo(a), será una fiesta, porque la celebración de estar conectado(a) al Amor Universal es pura danza cósmica. La sabiduría Universal llegará a ti en oleadas para que compartas con el resto de nosotros, disfrutarás de una limpieza interna y conectarás con los otros desde la creación y el amor, no desde el rescate y la adicción. El silencio es tu medicina. El silencio es tu conexión. El silencio y la contemplación te convierte en El/La Creador(ora) de tu existencia terrenal, en un(a) adulto(a) con discernimiento, en alguien que sabe descansar, que se mira a si mismo(a) que vive desde el Alma, que decide, que tiene orden interno, que disfruta la Belleza, la Bondad y la Verdad. Y allí cuando entramos en el bendito silencio, nos acompañamos todos(as) desde quienes verdaderamente somos: Luz, Amor, Sabiduría, Orden, Belleza, Alegría, Sanación, Creación. Buen camino en tu encuentro con tu Verdadero Ser. Deseo para ti, que descubras tu melodía, esa vibración única y preciosa que Eres.
Gracias por caminar juntos.
Tu terapeuta
Claudia Guadalupe Martínez Jasso.