Harris agradeció a Los Tigres del Norte su actuación y afirmó que las elecciones del 5 de noviembre contra el expresidente y candidato republicano Donald Trump son "una de las más importantes de nuestras vidas".
"El trabajo duro es bueno y gozoso", dijo repitiendo una frase común en sus eventos. "Y no se equivoquen, vamos a ganar", añadió.
Harris reiteró su compromiso de luchar por la clase media con medidas para reducir los precios de la vivienda, medicamentos y alimentos, y recordó su trayectoria como fiscal general de California, enfrentándose a universidades con ánimo de lucro y grandes bancos.
El ambiente festivo del evento se vio momentáneamente interrumpido cuando un manifestante protestó a gritos.
Mientras el personal de seguridad lo escoltaba fuera del recinto, la multitud respondió con gritos para silenciar sus proclamas. Harris, con una sonrisa, aprovechó el momento para intentar calmar los ánimos: "La democracia puede ser complicada, pero creemos en ella y en el derecho de todas las personas a expresar su voz".
Arizona es uno de los siete estados de EE.UU. que podrían decidir quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca. Los otros seis son Nevada, Wisconsin, Míchigan, Pensilvania, Georgia y Carolina del Norte.
Arizona, que aporta 11 delegados al Colegio Electoral, ha sido un bastión republicano durante décadas, pero se ha convertido en estado bisagra, especialmente por su creciente diversidad demográfica con un incremento de población latina que ahora representa el 25 % del total, según Pew Research.
En las elecciones de 2020, Joe Biden ganó en Arizona con un estrecho margen de unos 10.500 votos, aproximadamente el 0,3 % del total, marcando la primera victoria demócrata en el estado desde 1996, cuando Bill Clinton (1993-2001) lo conquistó.