La llegada de Luisa María Alcalde y toda la plana mayor de la dirigencia nacional del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a la capital potosina, se da en medio de una crisis de credibilidad de la secretaria general del partido a nivel estatal, Rita Ozalia Rodríguez Velázquez.
La dirigente nacional estará hoy en San Luis Potosí y donde espera encontrar unión, júbilo y trabajo de equipo, encontrará una militancia inconforme, desencantada y dividida por la gestión de la dirigente estatal, de la que dicen, se ha dedicado a reclutar a
personajes políticos de mala fama pública, y como ejemplo señalan al ex alcalde panista de Matehuala, Iván Estrada Guzmán, quien se encuentra bajo proceso penal enfrentando cargos por corrupción y vínculos con el crimen organizado.
No le perdonan a Rita Ozalia que no haya considerado a la militancia del Altiplano, para imponer a Estrada Guzmán como presidente del Instituto de Formación Política de Morena en Matehuala, esto generó un generalizado rechazo de morenistas de este municipio ya que se sienten agraviados porque la líder estatal puso por encima de los verdaderos morenistas, a una persona que llenó de oprobio al municipio al ser destituido de la presidencia municipal por los presuntos cargos de corrupción y vínculos con el crimen organizado, lo que consideran un grave error de la dirigente estatal que contraviene los principios del partido, porque no valoró los méritos y experiencia de los verdaderos militantes.
Militantes cercanos a la dirigencia estatal consideran que otro impresentable que es arropado por Rita Ozalia, es el pseudo empresario huasteco Gerardo Sánchez Zumaya, quien también es acusado de tener vínculos con el crimen organizado además de ser un facturero utilizado para el lavado de dinero y financiar campañas, lo mismo de Morena que del PAN.
Los rencores y disputas empiezan en la dirigencia estatal y escurren hasta las bases militantes, azuzadas por personajes con problemas de protagonismo que no se han detenido para decir que se les tiene que respetar porque el pueblo eligió a su partido y ellos son favoritos de la presidenta.
O como el diputado Carlos Arreola, que atropellando el protocolo legislativo tiene a los integrantes de la Comisión de Puntos Constitucionales de guardia para esperar las minutas que enviará el Congreso de la Unión. Dicen que no se ha dado cuenta de que está en el Congreso del Estado y por eso no se ha tomado la molestia de conocer el reglamento interno.
Pero las pugnas se expresan también por el nepotismo del delegado del Bienestar, Guillermo Morales, un ex priista ligado al exgobernador Juan Manuel Carreras, al imponer a su esposa Jessica Gabriela López como diputada plurinominal sin tener el perfil ni la carrera partidista requerida.
Morales fue denunciado por propiciar el cobro de sueldos de “aviadores” como parte de los Servidores de la Nación, por tomar medidas represivas contra empleados que cuestionaron la legitimidad de Rita Ozalia como dirigente y candidata al Senado, como lo demuestra el caso de Gisela Serroque, que fue dada de baja de la Delegación del Bienestar.
Pero lo más grave es que al haber preferido a perfiles poco presentables, Morena pudiera generar desconfianza y poca legitimidad.