En su carta de renuncia a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Ministro Juan Luis González Alcántara dice tener fe en que será corregido el "tremendo error" de la reforma judicial, antes de que sea demasiado tarde y derrumbe lo que durante décadas fue construido.
Admite que se equivocó en haber confiado en que prevalecería la razón por encima de las pasiones, dentro de un sistema de pesos y contrapesos, un error que asegura no le permitió imaginar el escenario actual.
"Desde luego, esta renuncia no implica ninguna de ninguna manera mi aceptación -tácita o expresa- de las decisiones políticas adoptadas en meses recientes, y conservo mi fe en que seremos capaces, como nación, como sociedad, como ciudadanas y ciudadanos, de identificar el tremendo error que ello implica y corregir el camino antes de qué sea demasiado tarde, antes de qué hayamos derrumbado, en un suspiro, lo que generaciones esforzaron décadas en construir", dice en su misiva enviada al Senado.
"Me voy con la tranquilidad del deber cumplido, mi deber constitucional sin comprometer mis principios ni valores, ni lo que representa nuestra constitución. Me voy con la esperanza de que lleguen tiempos más serenos y mesurados en donde las voces que proclaman el respeto irrestricto a todos y todos los ciudadanos, sin importar sus características particulares ni su afiliación ideológica, prevalezca por encima del deseo de alcanzar la popularidad por encima de la razón y la justicia".
Conforme a lo establecido por la reforma judicial, la renuncia de González Alcántara será efectiva a partir del 31 de agosto próximo e implica también su declinación a participar en la elección judicial del año entrante.
"No participaré en un proceso en donde me vea orillado a realizar promesas que sé que no podré cumplir en buena conciencia, que impliquen una renuncia mi promesa de ejercer el cargo de juez con imparcialidad y mesura, mirando únicamente a la Constitución, a los hechos del caso y no a los clamores de las mayorías", dijo.
Refirió que desde el 20 de diciembre de 2018, en que aceptó el cargo de Ministro, sabía que la salvaguarda del Estado de Derecho siempre sería una tarea difícil y a menudo ingrata porque por cada persona satisfecha con un fallo judicial, habría por lo menos otra que lo desaprobaría.
"Acepté porque confiaba en un sistema de instituciones, de frenos y contrapesos, que, en manos de mujeres y hombres prudentes y sensatas, privilegiarían por siempre el diálogo y el compromiso que atenderían a las demandas apremiantes de la mayoría de la ciudadanía que había sido olvidada o relegada a segundo plano durante décadas, pero que también respetarían la dignidad de las minorías, que procederían con prudencia y respeto, buscando conciliar y no dividir, trabajar en conjunto y no en contraposición", refiere.
"Pero me equivoqué. Me equivoqué al creer que prevalecería la razón sincera y libre por encima del clamor y de las pasiones. Y mi error, como el de muchos, nunca me permitió imaginar un escenario como el actual. Aunque tengo la fortuna de continuar ejerciendo el encargo que ha sido para mí un honor desempeñar y en el que trato de servir al máximo de mis capacidades, para continuar en él, hoy se me pretende someter a una contienda electoral masiva e incierta".
González Alcántara fue nominado como ministro de la Corte por el entonces Presidente Andrés Manuel López Obrador, en los primeros días del sexenio pasado.