San Luis Potosí, SLP.- El Día de Muertos, celebrado el 1 y 2 de noviembre, es una de las festividades más significativas de México, resultado de la fusión de rituales prehispánicos y elementos de la religión católica. Esta tradición se manifiesta en la creación de altares en los hogares, donde las familias rinden homenaje a sus difuntos.
Uriel Mancilla, estudiante de doctorado de El Colegio de San Luis y antropólogo, destaca la importancia de esta celebración al señalar que los altares son “verdaderas obras de arte efímero”.
En ellos se colocan un arco y se ofrecen las comidas y bebidas favoritas de los difuntos, tales como agua, velas, copal, café, chocolate y sal. La flor de cempasúchil, con su vibrante color y aroma distintivo, juega un papel esencial al guiar a los espíritus hacia el altar, donde pueden disfrutar de la ofrenda, según detalla el académico.
En San Luis Potosí, la celebración se enriquece con la tradición de Xantolo, que se extiende desde el 29 de septiembre, día de San Miguel Arcángel y finaliza el 30 de noviembre, periodo en el según la creencia en esa región del país, “los difuntos pasan al plano terrenal a disfrutar de las ofrendas que les han compartido sus familiares".
Mancilla explica que este proceso ritual no sólo hace referencia a la temporada de lluvias, sino que también actúa como un agradecimiento por las buenas cosechas y “a los difuntos que nutren la tierra desde su descanso”.
Durante el Xantolo, se llevan a cabo intercambios de comida y danzas, destacando la participación de hombres vestidos de mujeres y el uso de máscaras, elementos que enriquecen la festividad.
El estudiante enfatiza también que “el Día de Muertos no solo es una celebración; es un momento de reflexión sobre la vida y la muerte”. Esta tradición invita a las familias a limpiar las tumbas de sus seres queridos, a reunirse y a compartir recuerdos, fomentando la convivencia y el sentido de comunidad. Añade que “para las ciencias sociales, el análisis de estos rituales proporciona una comprensión profunda de las formas de organización social, la significación cultural y la diversidad que caracteriza a México”.
Desde El Colegio de San Luis se estudian estas celebraciones “y se da vida a estas expresiones culturales que nos conectan con nuestras raíces y nos invitan a recordar que, aunque los seres queridos parten, su legado perdura en nuestras tradiciones y en nuestras memorias” concluyó el antropólogo.