China afirmó este domingo que tomará "contramedidas" después de que Estados Unidos diera luz verde a la posible venta de tres paquetes de armas a Taiwán por un total de 1.988 millones de dólares (unos 1.840 millones de euros), la mayor venta autorizada bajo el mandato del presidente Joe Biden a la isla.
En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores indicó que las ventas "dañan gravemente la soberanía y los intereses de seguridad" del país asiático.
"China adoptará todas las medidas necesarias para defender firmemente su soberanía nacional, seguridad e integridad territorial", señaló el ministerio, sin ofrecer más detalles.
En los últimos meses, China ha anunciado diversas sanciones contra empresas estadounidenses del sector de la Defensa, la última de ellas después de que el Departamento de Estado de Estados Unidos aprobase la posible venta de repuestos militares a Taiwán por un valor estimado de 228 millones de dólares (unos 204 millones de euros).
China también anunció a finales de junio de este año sanciones a varias empresas del grupo Lockheed Martin y a sus directivos después de que EE.UU. aprobase la venta del mencionado sistema de drones de combate y los misiles merodeadores, asegurando que la cuestión de Taiwán es "la línea roja" entre Washington y Pekín.
En mayo de 2024, Pekín también sancionó a otras doce empresas militares estadounidenses y a altos directivos por el mismo motivo y en respuesta a las sanciones que impuso Washington a entidades chinas a cuenta de la guerra en Ucrania, algo que, según Pekín, "violó los derechos legítimos de instituciones e individuos chinos".
Taiwán -adonde se retiró el Ejército nacionalista chino tras la derrota a manos de las tropas comunistas en la guerra civil (1927-1949)- se ha gobernado de manera autónoma desde el fin de la contienda, aunque China reclama la soberanía sobre la isla, a la que considera una provincia rebelde para cuya "reunificación" no ha descartado el uso de la fuerza.
La cuestión taiwanesa es uno de los principales puntos de fricción entre Pekín y Washington, ya que EE.UU. es el principal suministrador de armas de Taipéi y podría defender a la isla en caso de conflicto.