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Tipos de 'Pan de Muerto' en México

Ricardo Godina | 24/10/2024 | 14:44

El Día de Muertos, una de las festividades más emblemáticas de México, no solo se celebra con altares y flores, sino también con una variedad de panes que rinden homenaje a los difuntos, y aunque el "pan de muerto" más conocido es el redondo con forma de calabaza espolvoreado con azúcar, la diversidad de este alimento es asombrosa a lo largo del territorio nacional. Las versiones de este pan reflejan la riqueza cultural y regional del país y se estima que existen más de 750 variedades que varían en nombre, forma, sabor y significado.
 
Pan de muerto tradicional
Este es el pan más conocido y consumido en todo el país y a nivel internacional. Se trata de una pieza redonda, decorada con "huesos" de masa en la parte superior y espolvoreada con azúcar blanca o rosa. Su sabor característico viene de la mantequilla y la esencia de azahar o naranja. Originario de Aguascalientes, este pan tiene su raíz en la época colonial cuando los españoles buscaron representar los sacrificios aztecas de una manera más comprensible.
 
Pan con cenizas de muerto
En Sinaloa, el pan de muerto adquiere un tono diferente con la inclusión de ceniza de "totomoxtle" (hojas secas de maíz). Conocido como "pan de muerto negro", este tipo se cubre con una mezcla de azúcar y cenizas, lo que le da un sabor y color particular, ligado a la simbología de la muerte y el renacer.
 
Pelucas
En Hidalgo, específicamente en el Valle del Mezquital, surge el "pan peluca", una versión menos dulce que no lleva azúcar espolvoreada. Con una forma ovalada y de color rojo, este pan es originario de la comunidad otomí y destaca por su sabor suave y distintivo.
 
Fantasmas o ánimas de Acámbaro
Desde Guanajuato provienen las "ánimas de Acámbaro", panes con forma humana que representan fantasmas. Su cobertura blanca y detalles en azúcar roja evocan la sangre y el espíritu de los difuntos. Este pan ha ganado popularidad en redes sociales por su llamativa forma y significado.
 
Pan de ofrenda
En Michoacán, el "pan de ofrenda" es una tradición esencial. Se elabora con harina de trigo, azúcar y colorante rosa o café, y su peculiaridad radica en su forma, que puede representar figuras humanas, animales mitológicos o elementos de la naturaleza. Se hornea en hornos de leña, lo que le otorga un sabor especial y tradicional.
 
Despeinadas
En Mixquic, Ciudad de México, se preparan las "despeinadas", unas rosquitas de azúcar coloreada que destacan por su ajonjolí y granillo de sabores. Además, llevan pequeñas mariposas amarillas, en referencia a la creencia de que las niñas al morir se convierten en mariposas.
 
Encaladillas
El Estado de México ofrece las "encaladillas", un pan crujiente que más se asemeja a una galleta que a un pan tradicional. Su cobertura de nata de leche y su decoración con azúcar roja lo hacen una opción diferente para las ofrendas y celebraciones.
 
Golletes
En Puebla, el pan de muerto toma la forma de "golletes", unas roscas cubiertas de azúcar rosa. Estos panes representan al tzompantli, el altar prehispánico donde se exhibían las cabezas de los sacrificados. En las ofrendas, se suelen acompañar con una caña de azúcar en el centro del gollete, simbolizando el empalamiento ritual.
 
Pan de muñeco
En Guerrero, el "pan de muñeco" adopta una figura humana, adornada con colores vivos que representan la vida y la muerte. Este pan, también conocido como "mono", refleja la creencia de que los difuntos regresan en forma de estas figuras.
 
Pan de juguete
Finalmente, en Veracruz, encontramos el "pan de juguete", que puede adoptar formas humanas, animales o criaturas fantásticas. Este pan es especialmente popular por su capacidad de ser rellenado con cajeta, queso o nata, haciéndolo una delicia ideal para acompañar con café o chocolate caliente.