El fiscal de distrito del condado de Los Ángeles, George Gascón, encargado del caso de Erik y Lyle Menéndez, prevé que este viernes se tome la decisión definitiva de si los hermanos serán sentenciados otra vez o tendrán un nuevo juicio
Este martes, Gascón habló con CNN para compartir que su oficina estaba dividida sobre la decisión: un grupo vinculado al juicio original desea mantener a los hermanos en prisión, mientras que el otro cree que los Menéndez merecen otra oportunidad debido a recientes acusaciones de agresión sexual.
Lo anterior ocurre semanas después de que Gascón revelara a la prensa de Estados Unidos que su equipo estaba reevaluando el caso después de que salieran a la luz "nuevas pruebas".
Una de estas pruebas es una carta que Erik supuestamente le escribió a su primo Andy Cano. Según los abogados de los hermanos, la madre de Cano encontró la carta hace nueve años. El joven testificó en el juicio que Erik le había contado sobre el abuso de su padre cuando este tenía 13 años. Cano falleció en 2003.
La segunda evidencia revisada, que también se reveló hace un par de años, fue una declaración jurada de un ex miembro de la boyband latina Menudo, Roy Rosselló, quien afirmó que José Menéndez abusó de él cuando era adolescente.
"Han pasado más de 35 años en prisión. Si fueran 'las hermanas Menéndez', no estarían bajo custodia. Hemos evolucionado", dijo el abogado defensor de Erik y Lyle, Mark Geragos, la semana pasada en conferencia de prensa, de acuerdo con CNN
Joan Andersen, hermana de la madre de los hermanos, Kitty Menéndez, calificó las acciones de sus sobrinos como "trágicas" y "desesperadas", pues "intentaban sobrevivir a la crueldad indescriptible de su padre".
"No tenía idea de la magnitud del abuso que sufrieron a manos de mi cuñado. Ninguno de nosotros lo sabía. Sabemos que el abuso tiene efectos duraderos y que las víctimas de trauma a veces actúan de maneras que son muy difíciles de entender", aseguró Andersen.
Los hermanos cumplen actualmente una cadena perpetua sin libertad condicional por los asesinatos de sus padres, José y Kitty Menéndez, en 1989, en su mansión de Beverly Hills, en Los Ángeles, California.
El interés en el caso se renovó recientemente a raíz del estreno en Netflix de la serie Monsters: The Lyle and Erik Menendez Story, protagonizada por Javier Bardem como José, así como de un documental en la misma plataforma, en el que los hermanos cuentan por primera vez su versión de la historia.
Los hermanos han apelado sus condenas varias veces a lo largo de los años sin éxito. Es hasta este año, tres décadas y media después de su primer juicio, que el escrutinio público, incluyendo el de luminarias como Kim Kardashian, ha revisado el caso y abogan porque los Menéndez sean puestos en libertad.