Cuarenta años después de que fuera declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, la colosal ciudad romana de Baalbek, en el este del Líbano, está en peligro. Bombardeos israelíes a escasos 500 metros del yacimiento han hecho saltar las alarmas de la población y expertos, que están expectantes para poder evaluar los posibles daños.
En el verano de 2023, Baalbeck «estaba lleno de personas» y allí se realizó su mítico festival de verano, recuerda a EFE la directora de la Agencia Italiana de Cooperación al Desarrollo de la oficina en Beirut, Alessandra Piermattei, que ha trabajado en el terreno en la restauración y preservación del sitio arqueológico. Pero ahora, todo ha cambiado.
La intensificación de la campaña israelí que comenzó el pasado 23 de septiembre ha tenido como uno de los principales objetivos la región de Baalbek-Hermel, donde se encuentran las ruinas romanas, ahora zona militarizada a la que no se puede acceder y en una región dominada por el grupo chií libanés Hizbulá.
Evaluación de daños
El pasado 6 de octubre, una imagen impactó al mundo: columnas de humo muy cerca de las ruinas de Baalbek.
El gobernador de la región de Baalbek-Hermel, Bachir Khodr, indicó en su cuenta oficial de X que la incursión israelí no tuvo como objetivo el sitio arqueológico, pero el impacto tuvo lugar a tan sólo 500-700 metros de él.
Poco después, señaló que el complejo está «fuertemente vigilado por las fuerzas de seguridad libanesas».
Tras ver esa imagen, Piermattei llamó a las autoridades locales de cultura para saber qué había ocurrido.
«Fue un sentimiento horrible (…) El sitio de Baalbek no fue alcanzado, no atacaron dentro y esa imagen es a unos 500 metros. Pero por el sonido, por el impacto tan fuerte, no podemos excluir que haya algún daño», indica.
Por el momento, no se puede saber dado que no se puede acceder a la zona por los riesgos que también entraña el lugar.
Una fuente de alto rango del departamento de antigüedades libanés, que pidió no ser identificada, asegura a EFE que «no se saben» los problemas «directos» que ese impacto habrá causado.
«Tenemos miedo de que haya pequeños problemas que con el tiempo se hagan más grandes porque es un sitio arqueológico muy frágil», apunta.
El complejo de templos de Baalbek, levantado a lo largo de más de dos siglos, convierte este yacimiento en uno de los santuarios más famosos del mundo romano y en un modelo de la arquitectura imperial romana.
Antiguamente, los peregrinos acudían en masa al santuario para venerar a las tres divinidades, conocidas bajo el nombre de la romanizada Tríada de Heliópolis, un culto esencialmente fenicio (Júpiter, Venus y Mercurio).
La acrópolis de Baalbek comprende varios templos y el principal es el templo de Júpiter, que destacaba por las columnas de 20 metros de altura.
Protección
«Están activando el procedimiento del Escudo Azul para proteger la herencia cultural durante la crisis en todos los sitios del país», señala la experta italiana, una información confirmada por la fuente de antigüedades libanesa.
El Escudo Azul es el emblema protector fijado en la Convención de la Haya de 1954 -Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado- para marcar los sitios culturales a los que proporcionar protección ante ataques por conflictos armados.
Piermattei indica que están «gravemente preocupados» por la seguridad de Baalbek, donde han trabajado mucho, sobre todo en la restauración y en la promoción del sitio. Entre sus proyectos destaca un nuevo camino para visitantes y la propuesta de una nueva modalidad para visitar el lugar.
Ante las preguntas de si la Unesco ha obtenido alguna garantía o compromiso de Israel de que Baalbek no será alcanzada o si han detectado daños en algún lugar histórico del país, una fuente de la oficina de la Unesco en Beirut -que pidió no ser identificada- afirma a EFE que «la protección de la cultura ha estado en el centro de la misión de la UNESCO desde su fundación».
La agencia de la ONU «sigue de cerca el impacto de la actual crisis en Líbano sobre los sitios del patrimonio cultural, incluidos los del Patrimonio Mundial».
«A través de nuestra oficina en Beirut, estamos en contacto con las autoridades nacionales competentes, los gestores de los sitios y los profesionales de la cultura», asevera.
La fuente zanja que la Unesco «también ha establecido una asociación con UNITAR/UNOSAT,el Centro de Satélites de las Naciones Unidas, para supervisar el estado de conservación de los sitios del patrimonio libanés utilizando herramientas de teledetección y análisis de imágenes por satélite».