Con la mitad de su población sin contribuir al Impuesto Sobre la Renta (ISR) porque opera en la informalidad, a México le llevaría mínimo 10 años implementar una reforma fiscal integral para elevar los ingresos tributarios del Gobierno y sanear sus finanzas públicas como lo recomienda el Fondo Monetario Internacional (FMI), advirtió Víctor Manuel Herrera, presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
Frente a la baja recaudación de impuestos, anotó, México ha recurrido a los llamados "gasolinazos".
Señaló que prueba de ello es que, hasta agosto pasado, la recaudación del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) aplicado a los combustibles registró un aumento anual de 80 por ciento, al obtener el Gobierno 269 mil millones de pesos.
"El precio de la gasolina en Estados Unidos es de la mitad de lo que cuesta en México; acá no sólo no ha bajado, sino que se ha mantenido al alza y la mayor parte de este incremento es por el IEPS", expuso Herrera.
Indicó que una reforma fiscal integral implicaría medidas muy impopulares, como pudiera ser aplicar el IVA para alimentos y medicinas, o aumentar la tasa general del actual 16 por ciento a niveles como el de Brasil, de 19 por ciento, o el de Argentina, de 21 por ciento.
El Gobierno federal publicará el 15 de noviembre su Paquete Económico 2025 que incluirá la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos.
Se espera que los documentos apunten hacia una reducción del déficit público, que ronda el 6 por ciento como proporción del PIB, cuando las calificadoras de riesgo crediticio piden que esté en un nivel máximo del 3 por ciento.
Herrera señaló que es urgente bajar el déficit y debería hacerse con una reducción del excedente de los gastos del Gobierno sobre sus ingresos en el 2025.
Este sacrificio, dijo, tendría que darse en los dos rubros que más contribuyeron al crecimiento del gasto del Gobierno en el 2024: los subsidios y transferencias a la población, que aumentaron en 20 por ciento, y la inversión física, que creció 19 por ciento.
"Si lo que se quiere es reducir el déficit a un nivel aceptable y manejable, el Gobierno federal deberá recortar su gasto rápidamente, porque una reforma fiscal integral va tomar al menos 10 años para aportarle ingresos extras al Gobierno de entre 2 o 3 puntos del PIB".
No obstante, Herrera consideró que con el populismo imperante en México difícilmente se implementará una reforma fiscal integral como la que propone el FMI para elevar la tasa efectiva de contribución fiscal de su población al nivel de países comparables como Brasil o Argentina, que tienen una tasa de recaudación del 33.3 y 29.6 por ciento con relación al PIB.
En México, la tasa de recaudación fiscal es apenas de un 16.9 por ciento del PIB, por abajo incluso de países como Cuba.