Sábado 12 de Octubre de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Tu pareja: Tu espejo

Claudia Guadalupe Martínez Jasso | 12/10/2024 | 12:40

Cuando nos enamoramos; ¿Cuántas historias invisibles de nuestros ancestros se estarán guiñando el ojo?

¿Cuántas necesidades no resueltas vemos en el otro de manera inconsciente, como una solución? ¿Cómo las heridas se han de reconocer en el campo de lo inconsciente con la persona que nos atrae? Nos gusta del otro, sus valores, su apariencia, su inteligencia, su forma de ser, pero también aquello que nos resulta familiar, independientemente de si esto es algo positivo o no tan bueno para nosotros.

En ocasiones elegimos pareja desde la inconsciencia cuando somos leales a ancestros(as) que sufrieron violencia, escasez, abandono, traición o viudez temprana, por decir algunos ejemplos. Porque miramos sin darnos cuenta, por supuesto a nivel del Alma, esas tristes circunstancias, esos destinos difíciles que queremos ya sea poner en escena para que eso que sucedió en antaño, sea honrado. O bien es tanto el amor ciego que les tenemos a nuestros parientes que incluso ya no están encarnados, que queremos resolver su situación.

A veces deseamos repetir, compensar o reparar esos idilios.  Es muy común que, en nuestra psiquis profunda, se quede grabado a fuego el modelo más cercano que tenemos de pareja que son nuestros progenitores. ¿Han estado juntos? ¿Se han amado? ¿Son amigos, enemigos, padres de hijos, víctima-verdugo, amigos, amantes? ¿A caso se eligieron por el rol social? ¿O se escogieron en una edad temprana para huir de casa? Analizar con amor la relación de Papá y Mamá, nos permite salir de en medio, renunciar a desear resolver sus problemas de pareja, respetando a Papá como hombre con Mamá y a Mamá como mujer con Papá. Y entonces, si han existido infidelidades, faltas de respeto, ausencia o mentiras, dejamos de habitar un espacio energético que nos lleva al fracaso en nuestras relaciones de pareja.

Pedimos con amor a nuestros Padres su bendición para hacerlo diferente. Pedimos en nuestro corazón que nuestros ancestros miren con buenos ojos que vivamos una historia de pareja distinta, tal vez en esta ocasión con más honestidad, sin sacrificio, con adultez, en fidelidad y amor. Pero para que esto suceda primero hay que mirar las historias de antaño con respeto y dejarlas en el pasado, absorbiendo la Sabiduría que de éstas emana y construyendo nuestra propia historia. Algo fundamental para llegar a un punto en el que nuestro par nos refleje lo más elevado de nosotros mismos es realizar la alquimia con la pareja más importante de nuestra historia, la pareja interna. 

¿Cómo hemos tomado al masculino y al femenino de nuestra familia y del colectivo en nuestro Ser? Todos, aunque seamos hombres o mujeres tenemos las dos energías y si no trabajamos en elevarlas va a ser básicamente imposible relacionarnos con otro desde la madurez, la plenitud y el amor adulto (a la edad que sea). Es decir, si he trabajado en mi las cualidades de lo masculino como son: el orden, la disciplina, el discernimiento, la razón, la protección, para conmigo mismo(a), es justamente eso lo que pediré en mis relaciones. Si he trabajado en mi las cualidades de lo femenino como son: la dulzura, la creación, la compasión, la ternura, la nutrición para conmigo mismo(a), entonces eso es también lo que desearé vivir en mis relaciones. Pasa lo mismo con la caída de conciencia en lo masculino, si no tengo dentro de mi psiquis a un Padre amoroso que me habita, es posible que caiga en egocentrismo, avaricia, manipulación, adicción, violencia física o psicológica. Y en cuanto a la caída de conciencia en lo femenino, si no gozo de una salud en la cuestión del arquetipo de la Madre amorosa, entonces puedo caer en gula, excesos, adicción, mezquindad, manipulación, seducción, etc. Y aquí la situación reside en que muchas veces como eso está en la sombra, es nuestra pareja quien nos lo muestra.

Por eso es sumamente importante número uno, soltar los problemas entre nuestros padres, número dos, reflexionar acerca de cómo tenemos nuestra feminidad y masculinidad integradas en nuestra psiquis y número tres y algo muy importante: convertirnos en lo que deseamos disfrutar de otro en una relación de pareja. Sanar las lealtades y traumas transgeneracionales, madurar, conocer nuestros valores, disciplinarnos y amarnos muy profundamente a nosotros mismos nos trae como regalo e intrínsecamente por resonancia a un compañero o compañera que también se conoce a si mismo(a), se ama, es adulto(a) y tiene la decisión y energía para compartir y no competir. Y entonces podemos decir: Mi amor, tu y yo somos iguales, tú te haces cargo de lo tuyo y yo de lo mío. Tú te encargas de tu niño(a) interna y yo del/la mío(a) Conozco mi sombra y me permito verme en ti con todo y mis historias, respetando tu libertad y la mía y amándote desde la Conciencia. Te amo en lo material, lo intelectual, lo energético, lo sexual y lo Espiritual. Nuestro vínculo es bendecido por la luz de la Conciencia.

Gracias por caminar juntos.

Tu terapeuta

Claudia Guadalupe Martínez Jasso.