China no debería emplear el discurso del jueves del presidente de Taiwán, William Lai, como “pretexto” para emprender “acciones provocadoras” en el estrecho, advirtió este viernes el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, quien llamó a preservar el “statu quo” en la región.
“En relación con el llamado discurso del “doble 10” (denominación informal del Día Nacional de la República de China, nombre oficial de Taiwán), que es un ejercicio habitual, China no debería usarlo de ninguna manera como pretexto para acciones provocadoras”, aseveró Blinken en una comparecencia de prensa en Vientián con motivo de la cumbre de líderes del Sudeste Asiático.
“Por el contrario, queremos recalcar, y muchos países otros países quieren recalcar, la necesidad imperiosa de preservar el statu quo y que ninguna de las partes tome acciones que puedan socavarlo”, agregó el jefe de la diplomacia estadounidense.
Durante su intervención, el funcionario norteamericano subrayó que todos los países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, siglas en inglés) “desean que se mantenga la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán”, una zona cuyo bienestar, afirmó, “afecta el sustento futuro de cada país de la región y, probablemente, del mundo”.
Las palabras de Blinken tienen lugar en medio de temores ante una acción militar de Pekín en los próximos días: según funcionarios de seguridad nacional taiwaneses, China podría realizar unas maniobras militares cerca de la isla próximamente, usando como excusa las declaraciones de Lai por el Día Nacional.
“El 50 % del tráfico de contenedores comerciales pasa por el estrecho de Taiwán cada día y más del 70 % de los semiconductores avanzados que el mundo necesita se producen en Taiwán. Por lo tanto, existe un gran interés en todo el mundo por mantener la paz y la estabilidad”, sentenció Blinken.
La celebración del Día Nacional de la República de China es una fecha empleada tradicionalmente por los presidentes taiwaneses para dirigirse a la población y, de paso, manifestar su posicionamiento respecto a la República Popular China, que considera a la isla como parte de su territorio y no descarta invadirla.
En su discurso, William Lai reafirmó la soberanía de Taiwán, a la que definió como una tierra de “libertad” y “democracia”, y se mostró dispuesto a “trabajar” con Pekín para “abordar el cambio climático, prevenir las enfermedades infecciosas y mantener la seguridad regional”.
Sin embargo, el Gobierno chino redobló sus críticas hacia el presidente isleño tras su discurso y declaró que Taiwán “nunca ha sido un país, ni jamás lo será”.