El premio Nobel de la Paz concedido este viernes a la organización japonesa Nihon Hidankyo, fundada en 1956 por víctimas de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, «es un reconocimiento al trabajo sin descanso a los supervivientes de aquellas horribles violaciones», destacó la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos.
Asimismo el galardón «subraya la importancia de las organizaciones comunitarias», que en el caso de Nihon Hidankyo llevaron a cabo una labor «a menudo fuera de los focos, sin mucho reconocimiento y con muchos obstáculos», indicó en rueda de prensa la portavoz de la oficina Ravina Shamdasani.
«No siempre contaron con suficientes recursos, pero decidieron continuar trabajando para intentar hacer un mundo mejor, pese a los horrores sufridos», agregó Shamdasani.
En la misma rueda de prensa, la portavoz de Naciones Unidas en Ginebra Alessandra Vellucci se unió a las felicitaciones y destacó que el desarme, la causa por la que ha luchado durante décadas Nihon Hidankyu, «es muy cercana al corazón de la ONU, nacida de las cenizas de una guerra».
«Estamos aquí para intentar evitar las guerras, y los conflictos nucleares en particular, por lo que el premio es extremadamente importante», agregó la portavoz.