Desastres naturales, como huracanes, inundaciones, terremotos y erupciones volcánicas, contribuyen en la transmisión de algunas enfermedades siempre que el agente causal ya se encuentre en el ambiente.
Estos cambios rápidos en el ambiente humano pueden ser producto también de actos de guerra u otras circunstancias provocadas por el hombre, como los accidentes industriales graves y contaminación generalizada.
Alerta, sobre inundaciones y aumento de lluvias:
Enfermedades:
• Transmitidas por riesgos ambientales como las, ETA, EDA y Hepatitis A.
• Transmitidas por vectores tales como dengue, malaria, fiebre amarilla, leishmaniasis.
• En zonas de inundación, aumento de accidentes ofídicos, agresiones por animales ponzoñosos, aumentando el riesgo frente a Leptospirosis y Rickettsiosis.
Aumento incidencia de:
• Agresiones por animales potencialmente transmisores de rabia.
• Infecciones respiratorias agudas, alergias respiratorias y rinitis.
• Riesgo para la seguridad alimentaria y nutricional.
Factores de necesidad:
Aumento en la demanda de atención en los servicios de salud asociados a traumatismos e infecciones respiratorias.
Reducción de la disponibilidad del agua para uso hospitalario por afectaciones de redes y sistemas de acueducto.
Afectación en la infraestructura hospitalaria por inundaciones, deslizamientos, vendavales, desbordamiento de ríos, entre otros fenómenos de origen natural.
Dificultad para el acceso a los servicios de salud y desabastecimiento de la red hospitalaria, por afectaciones en las vías de comunicación.
Afectación en los sistemas de alcantarillado, saneamiento y drenaje de aguas residuales.
Hablemos de Leptospirosis
La leptospirosis es una enfermedad bacteriana que puede causar afecciones graves como insuficiencia renal o hepática, meningitis, dificultad para respirar y sangrado.
Los casos de leptospirosis pueden aumentar después de un huracán o una inundación, cuando es posible que las personas tengan que meterse al agua contaminada o usarla para beber o bañarse.
Esta es una enfermedad infecciosa causada por bacterias que pueden afectar de manera potencial mortal, órganos como los riñones, el hígado, el cerebro, los pulmones o el corazón.
Existen dos maneras comunes de contraer la leptospirosis
Al beber, tener contacto con agua, o tierra que haya sido contaminada por orina o líquidos corporales de animales infectados.
Al estar expuesto a orina o líquidos corporales de animales infectados.
Los síntomas de la leptospirosis se suelen presentar, en 2 días y hasta 4 semanas después de haber estado expuesto a las bacterias.
Los síntomas comunes de la leptospirosis incluyen los siguientes:
Fiebre
Escalofríos
Dolor de cabeza
Dolores musculares
Vómitos
Diarrea
Dolor abdominal
Ictericia (piel y ojos amarillentos)
Sarpullido
Ojos enrojecidos
Tratamientos que se pueden aplicar con esta condición
Si tiene síntomas de leptospirosis, vaya a un médico que le pueda hacer una prueba para detectar esa enfermedad.
Si se confirma la infección, es probable que se trate con antibióticos (medicamentos que pueden curar la enfermedad). El tratamiento es más eficaz cuando se inicia lo más pronto posible.
Factores de riesgos y contagios
La leptospirosis afecta más frecuentemente a las personas que trabajan al aire libre o con animales, o a aquellas que participan en actividades recreativas en las que se tenga contacto con agua o tierra.
Después de inundaciones o lluvias torrenciales, todas las personas que entren en contacto con el agua de la inundación, o con tierra o agua dulce contaminada en ríos y arroyos, podrían estar en riesgo de infección.
Algunas actividades que aumentan el riesgo de contraer leptospirosis son:
Beber de fuentes de agua posiblemente contaminadas, como agua de inundación, arroyos o ríos, o agua de la llave que no sea segura para tomar.
Bañarse o caminar en agua de inundación o agua dulce contaminada, especialmente cuando se mete la cabeza en el agua, o cuando se tiene una herida o rasguño que estén abiertos.
Comer alimentos que hayan estado expuestos a agua contaminada o que hayan sido posiblemente orinados por roedores.
Esta parte es muy importante para garantizar una proceso de atención y prevención en la salud pública, y así luchar contra epidemias en enfermedades de transmisión vectorial como parte de la organización general de los servicios de salud de urgencia, que a su vez deben estar incluidos en los planes nacionales de preparación para casos de desastre en las zonas en riesgo reconocidas.
se necesita asimismo, evaluar la situación y ajustar los planes de emergencia a las condiciones locales antes de ponerlos en práctica.
Las epidemias de malaria, dengue y encefalitis posteriores a un desastre, si llegan a ocurrir, comienzan unas seis semanas después del desastre.
Utilizar al máximo los datos epidemiológicos directamente relacionados con el manejo de enfermedades, especialmente a los niveles distrital y local.