Un grupo de mujeres policías de Afganistán denunció a la organización Human Rights Watch (HRW) una serie de abusos sexuales cometidos por el antiguo gobierno del país, mientras delató las amenazas llevadas a cabo a día de hoy por los talibanes, según un informe del organismo.
Durante el depuesto Gobierno de la República (2014-2021) cientos de mujeres policías fueron sometidas a constantes acosos y agresiones sexuales por parte de compañeros y supervisores masculinos, sin que ninguno de ellos enfrentara hasta hoy las debidas consecuencias.
«Nunca me ascendieron porque no acepté sus ofertas de tener relaciones sexuales. Querían que tuviera sexo con ellos y que me quedara a pasar la noche (…) Traté de quejarme, pero no pasó nada», dijo una expolicía que ejerció durante 16 años, según el informe.
«Estás muy guapa. Te has maquillado muy bien. ¿Vas a ir a algún sitio? ¿Tienes suficiente dinero?», eran algunas de las frases que muchas mujeres tenían de escuchar constantemente, según una exjefa de reclutamiento femenino.
En los meses posteriores a la toma del poder de los talibanes, en agosto de 2021, sus fuerzas de seguridad perpetraron al menos 47 asesinatos por venganza contra aquellos que habían formado parte del cuerpo policial en el Gobierno anterior, según la organización.
Diversas mujeres perdieron sus trabajos, aunque muchas fueron incorporadas en áreas seleccionadas, ya sea para registrar a mujeres en los puestos de control o vigilar a prisioneras.
Muchas de estas mujeres recibieron llamadas intimidatorias de funcionarios talibanes pidiendo que se presentaran para interrogatorio, y advirtiéndoles de las consecuencias relativas a su antigua labor.
«Unos tres meses después de la toma del poder, recibí una llamada de los talibanes diciéndome que volviera a mi trabajo. Les di un nombre falso, pero me acusaron de mentir (…) Me asusté y corté la llamada. Volví a recibir una llamada y esta vez me preguntaron: «¿Vendrás sola o deberíamos ir nosotros y arrastrarte del pelo y traerte?», dijo otra expolicia, no identificada.
Las fuerzas talibanes llegaron incluso a atacar a sus familiares y dañar sus bienes personales.
El informe titulado ‘Doble traición: abusos contra mujeres policías afganas en el pasado y en el presente’ asegura también que algunas agentes fueron asesinadas, aparentemente por familiares que consideran su trabajo como una vergüenza para la familia.
Los talibanes han ido desmantelando rápidamente la estructura institucional establecida durante el gobierno anterior, para imponer una rígida implementación de la sharia (ley islámica) en Afganistán.
La primera de las medidas que retrocedería Afganistán dos décadas atrás vino inmediatamente después de reconquista del país, en agosto de 2021, cuando impidieron a las niñas volver a clases.
La opresión se extendió a normas sobre la vestimenta, el libre movimiento, el trabajo, e incluso el sonido de su voz en público.