Plano Informativo | 04/10/2024 | 03:33
El hogar es donde adquirimos la confianza básica, la seguridad
Para Julia Borbolla, psicóloga clínica especialista en niños y en adolescentes, la clave del éxito es la inteligencia emocional, porque si la persona no sabe manejarse entre la gente, si no sabe expresar adecuadamente lo que siente y piensa, no va a tener éxito.
Desafortunadamente, dijo, tenemos muy arraigada una crianza un poco autoritaria y generalmente los padres dicen no llores, los niños no lloran, o cállate, o no grites.
Los padres son el primer filtro que tú tienes, son los que te dan la confianza básica. O sea, el amor, el amor que te puedan dar o no dar tus primeros cuidadores, que son tus padres, determinan muchísimo tu capacidad para tú dar a la vez amor a los demás. Entonces, en el hogar es donde adquirimos la confianza básica, la seguridad.
Y solito eso lo tranquiliza. Y creo que los papás de hoy tienen que ir aprendiendo a esto, a validar las emociones, a alfabetizar emocionalmente a los hijos, pero primero se tienen que alfabetizar ellos también.
Las emociones no tienen un valor moral
La especialista dijo que muchas veces pensamos que hay emociones buenas y emociones malas, y no es así. Las emociones no tienen un valor moral. Lo que hacemos con ellas es lo que puede estar bien o mal.
Mencionó como ejemplo, que “Yo me puedo enojar contigo y puedo verbalizarlo y decirte, oye, no me gustó que me dijeras esto; o puedo aventarte una patada. Estoy expresando mi enojo, a lo mejor de otra manera. Yo creo que el preescolar es el inicio de la socialización externa, fuera de casa”.
La psicóloga señaló que “Los niños cuando no tienen mucho vocabulario, ¿qué hacen? Se enojan y muerden, pegan, empujan, y es entonces cuando se les va modelando la conducta, es decir, si estás enojado o si quieres esa pelota, pero así no la vas a pedir, vamos a pedirla, por favor”.
No soy amiga del golpe, pero sí de la reprimenda
Julia Borbolla explicó que “No soy amiga del golpe, de hecho, yo promuevo que el golpear es una trastada, pero sí está bien la reprimenda, la reflexión con inteligencia emocional. No es lo mismo gritarle o insultarlo que hacerlo reflexionar, y ahí es donde los papás tenemos que educar con inteligencia emocional”.
Y agregó que “Cuando yo les explico a los niños lo que es enojarse bien, con un semáforo, y les digo alto al golpe, al insulto, a la palabra hiriente, el amarillo es piensa, piensa qué te enojó, por qué, y el verde es habla, di, entonces cuando les digo esto, me dicen, ¿se lo puedes explicar también a mi papá?”.
La especialista consideró además que la inmediatez está afectando a esta nueva generación, porque para mi generación y las otras que vinieron, la permanencia en un solo trabajo implicaba estabilidad, era, yo llevo 40 años trabajando en esta empresa, y ahora es sinónimo de estancamiento. Entonces los jóvenes no duran en un trabajo, todos quieren ser emprendedores individuales, no se atienen a las reglas, y esto es producto de esta nueva vida acelerada, de tanta información que tienen, y que los hace sentir que ya se comen el mundo.
Las mamás no necesitan muchos cursos
Julia Borbolla consideró que “Las mamás saben perfecto ‘ya hizo carita’, ‘ya le dio vergüenza’ o ‘ya está enojado’ o ‘no ha dormido’, de verdad las mamás no necesitan tomar muchos cursos, simplemente confiar en su intuición”.
Relató que “Una chiquita me lo dijo, ‘Julia yo vengo contigo porque estoy muy celosa de mi hermanito que acaba de nacer’, dije guau y cómo descubriste eso, ‘mi mamá me dijo que lo que siento se llaman celos y me lo explicó y haste de cuenta eso es lo que siento, yo quiero mucho a mi hermanito pero se debe conseguir otra mamá’, o sea, me encantó y quien le dio esa herramienta fue su mamá”.
Explicó la especialista que “Los adolescentes quieren a sus padres, lo disimulan mucho, pero los quieren, los adoran y los necesitan, aunque se encarguen de hacerles notar que no, por supuesto que los necesitan, entonces papás y adolescentes no se den por vencidos”.