En caso de que la disciplina fiscal durante la gestión de Claudia Sheinbaum no fuera suficiente para reducir de manera sostenible el déficit, el nivel de la deuda pública podría aproximarse a 60 por ciento como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) al cierre de sexenio, de acuerdo con BBVA México.
"La deuda pública va a seguir creciendo, pero si no se logra una consolidación fiscal en el mediano plazo, en el que México tenga un nivel de déficit más bajo, pues lo que pensamos es que hacia el final de la Administración la deuda podría estar llegando a niveles cercanos de 60 por ciento del PIB", indicó Carlos Serrano, economista jefe de BBVA en el País.
De acuerdo con un pronóstico del banco, se prevé que para este año el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), que es la medida más amplia de la deuda pública del Gobierno, sea de 50.8 por ciento del PIB.
Serrano recordó que para este año, la Secretaría de Hacienda tiene previsto un déficit en su medida más amplia, a través de los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), de 5.9 por ciento, el más elevado por lo menos en las últimas tres décadas.
Dicho aumento del déficit, precisó, se debió al aumento en el costo financiero de la deuda en un contexto de elevadas tasas de interés.
"El gran reto que tiene la Administración es bajar este déficit de 5.9 por ciento a niveles más sostenibles", argumentó Serrano.
Añadió que para mantener estable el nivel de la deuda no sólo será necesario reducir dicho déficit a un nivel de entre 3.0-3.5 por ciento, como se comprometió Hacienda, sino que se debería disminuir a un piso cercano a 2 por ciento a partir de 2025 para mantener estable el cociente de la deuda pública.
"Por lo tanto, creemos que es importante hacer una revisión al marco fiscal del País para aumentar la recaudación", indicó el economista.
Señaló que la principal forma para que el Gobierno incremente la recaudación sería a través de una disminución en la informalidad y seguir combatiendo la evasión fiscal.
Consideró necesario cambiar el modelo de negocios de Pemex para que la petrolera represente menos presiones a las finanzas públicas de tal manera que haya margen para reducir el déficit.
"De lo contrario, sí creemos que en los próximos años hay un riesgo de la pérdida de grado de inversión", puntualizó.
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