Después de apapachar varias veces en tribuna a la Presidenta Claudia Sheinbaum, cuando terminó la transmisión del Poder, Andrés Manuel López Obrador salió del recinto y ya no se le vio más.
Le dejó toda la cancha a su sucesora. El tabasqueño enfiló al pasillo izquierdo, salió al vestíbulo y luego tomó las escaleras hacia el estacionamiento del basamento norte.
En el alboroto del mediodía, pocos lo vieron salir. Abordó un vehículo Jetta blanco y abandonó el Palacio Legislativo de San Lázaro, presumiblemente hacia su casa de Tlalpan sur.
Ya con la banda presidencial ceñida al pecho, la Presidenta Sheinbaum partía plaza arropada por la algarabía de sus correligionarios.
"¡Presidenta, Presidenta!", coreaban a su paso, visible una sonrisa permanente.
El nuevo rostro del poder, Claudia Sheinbaum, comenzaba su mandato. Su sucesor ya le había dejado la cancha libre.
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