Ricardo Heredia Duarte | 30/09/2024 | 08:35
La oposición política en México enfrenta una crisis de representatividad y credibilidad. A pesar de los constantes cuestionamientos al gobierno actual, no ha logrado consolidarse como una alternativa viable para los ciudadanos. Esta situación se debe en gran medida a la polarización política y a la incapacidad de la oposición para ofrecer un discurso coherente y atractivo.
Es cierto que el pensamiento crítico, en todos los ámbitos, incluido el político, no vive su mejor momento. La distracción y el estado de letargo permanente, a ritmo de mañaneras y “tuitazos”, han llevado en estos ultimos años al extravío estructural de los partidos opositores a Morena, llegando incluso a la desaparicion del PRD, génesis del actual partido hegemónico en el poder.
El discurso de la oposición hacia el gobierno actual se ha caracterizado por una recurrente crítica y descalificación personal hacia el presidente Andrés Manuel López Obrador. Esta estrategia, conocida como "ruido semántico", ha generado un fenómeno de saturación informativa en el electorado. Ante la constante repetición de mensajes negativos y la ausencia de propuestas alternativas concretas, muchos ciudadanos se muestran cada vez más apáticos y desinteresados en el debate político. La falta de un discurso constructivo y propositivo por parte de la oposición ha debilitado su capacidad para generar un contrapeso efectivo al gobierno y conectar con las demandas de la ciudadanía.
Al parecer el ADN perredista contaminó al PRIAN, que ha utilizado como estrategia estar en contra de todo y a favor de nada.
El escritor belga Thibaut Deleval menciona en su libro Distraídos: un libro para pensar más y mejor que pensamos poco y mal, justo porque estamos distraídos. Nunca en la historia hemos tenido un catálogo tan variado y poderoso de distracciones que nos impide hallar momentos de calma y serenidad necesarios para pensar mejor. Esta analogía se aplica a la oposición y, en general, a todos los actores políticos, ya que vivimos en una vorágine de información que anula nuestro pensamiento. Ante tanta exigencia por la inmediatez, se recurre a discursos fraudulentos, manipulando palabras, números e imágenes, para persuadirnos a nosotros mismos de tener la razón y, posteriormente, argumentar ante terceros como si fuera propaganda.
Además, analizando los resultados de las ultimas elecciones del 2018 al 2024, la coalición opositora, que incluye al PAN y al PRI, sufrió una notable pérdida de gubernaturas ante MORENA que paso de tener 4 a 24 estados en tan solo seis añoslo que representa un claro reflejo de su desconexión (PRIAN) con la ciudadanía. Por otro lado, la Encuesta Nacional de Opinión Pública de 2023 muestra que más del 60% de los ciudadanos se sienten satisfechos con el rumbo que toma el país, lo que agrava la situación de la oposición, que no solo carece de propuestas, sino que se aleja de las inquietudes reales de la población.
Deleval argumenta que la distracción y la ausencia de pensamiento crítico podrían ser culpa en gran parte a causa de las redes sociales, pero también señala que es ilusorio añorar un pasado en el cual reinaba el pensamiento sosegado. El análisis crítico siempre ha sido un reto, ya que es más fácil reaccionar desde la emoción, la intuición o el prejuicio que analizar, cuestionar, investigar, contrastar y pensar. Lo preocupante son los altos niveles de “no pensamiento”, donde las redes sociales no solo premian, sino que demandan pensamientos cortos, donde la burla y la simplificación son la norma.
En su obra, Deleval critica la idea de que el pensador crítico es aquel que critica sistemáticamente todo lo que dicen los demás. Por el contrario, sugiere que esa mirada crítica debe enfocarse primero hacia nuestro propio actuar y pensamiento para evitar la tendencia a no pensar. Es fundamental discernir para buscar la verdad, dejando de lado la soberbia y entendiendo que “la verdad no se fabrica, se descubre, porque preexiste”.
Los datos duros de los resultados electorales son un claro indicador de la situación de la oposición: han perdido la mayoría de las elecciones en las que han competido y solo les quedan poco más de 33 meses para las próximas elecciones federales, donde podrían intentar recuperar la confianza ciudadana. Lamentablemente, sus lamentos y “gritos y sombrerazos” sin un fundamento teórico-político sólido, sobre todo de personajes del PAN en las cámaras, muestran una falta de cultura política y argumentativa.
¿Qué les queda al PRIAN en este tiempo, donde una mujer preparada asumirá por primera vez la presidencia de la República? ¿Seguir en sus peroratas ideológicas o buscar refundarse para encontrar un camino que los reivindique ante la ciudadanía?
En conclusión, la oposición mexicana enfrenta un desafío crucial: recuperar la confianza de los ciudadanos y ofrecer una alternativa real al gobierno. Para lograrlo, es necesario que renueve su discurso, se fortalezca internamente y se conecte con las demandas de la sociedad. Un debate político más plural y constructivo es fundamental para fortalecer la democracia y garantizar un mejor futuro para el país.
“Si se esfuma la verdad, se esfuma la mentira. Una sociedad de posverdad no es una sociedad de mentirosos, es una sociedad que abandona la verdad para entregarsealapura complacencia.”
Thibaut Deleval