Pbro. Lic. Salvador González Vásquez | 29/09/2024 | 03:49
No hay que exponerse al peligro; y evitar la ocasión, que pueda orillarnos a padecer un mal.
La salvación, es algo personal, y en mucho depende de nosotros; porque, lo que decidamos hoy, estará repercutiendo en nuestro modo de vivir.
Cuando el hombre pregunta por su ser, Ortega responde: Yo, soy yo y mis circunstancias; y si no las salvo a ellas, no me salvo yo.
Es posible salvarnos, pero hay que cuidar de aquello que nos rodea; ya que, lo que nos circunda, influye demasiado en como estemos viviendo.
Por eso, si la relación es tóxica, hay que “cortar” con ella. Porque eso, nos está quitando la paz, y la oportunidad de vivir.
Si pertenecemos a un grupo que no abona para bien, es mejor renunciar al mismo; aunque nos duela enfrentar la soledad.
Que ya lo dice el dicho: “Más vale solo, que mal acompañado”.
Y hoy, nos dice el Señor : “Si tú mano te es ocasión de pecado, córtatela; pues más te vale entrar manco en la vida eterna, que ir con tus dos manos al lugar de castigo, al fuego que no se apaga”. (Mc.9).
Que doloroso, es tener que romper con algo o con alguien, pero ese dolor, no se compara con un sufrimiento eterno.
Por eso, es mejor cortar con lo tóxico, y no vivir atado al que te daña; porque con él, juntos podemos perdernos.
Hay personas y cosas, que por de momento nos causan placer; pero éstos, pueden ser una barrera, que impida contemplar el paraíso.
Es mejor que algo falte, pero que nunca nos falte el gozo de contemplar a Dios.
Volvamos a recordar: que somos responsables de nuestra felicidad.
Pero sobretodo, somos responsables, de llegar a vivir una existencia plena.
Pbro. Lic. Salvador Glez. Vásquez.
Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 9, 38-43. 45. 47-48
En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús:
«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros».
Jesús respondió:
«No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.
Y el que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la “gehenna”, al fuego que no se apaga.
Y, si tu pie te hace pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna.”
Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».
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