Domingo 22 de Septiembre de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Legitimidad desperdiciada

José Luis Solís Barragán | 21/09/2024 | 12:47

LA SOBERBIA SIEMPRE ES MALA consejera y en políticos es un error que los acompaña con mucha frecuencia; el pensar que tienen en sus manos la representación popular los hace creer que ellos son la voz del pueblo andando; el saber que en ellos recae la soberanía delegada, los hace creerse soberanos.

LA SOBERBIA LES NUBLA LA RAZÓN y asumen que tienen el derecho de imponerse a cualquier costo, los hace creer que solo sus razones tienen valor y que toda opinión diferente, carece de validez o que es producto de una estrategia de sus “enemigos”.

LA SOBERBIA PUEDE CONVERTIR al más demócrata en tirano; porque además pueden cometer el error de pretender autocalificarse como un ser excepcional que no merece más que veneración de todos.

EL PODER Y LA SOBERBIA MUCHAS veces conviven muy estrechamente, más cuando el poder tiende a concentrarse; la persona de poder pierde de vista sus propios límites y su ceguera propicia que sus decisiones pierdan piso, atentando contra el objeto central de cualquier Estado: el bien público temporal.

ES TAN IMPORTANTE QUE LAS personas que ejercen el poder no pierdan de vista que deben atender sus límites y frenar ante los límites que garantizan la libertad de los ciudadanos; de ahí la importancia de contar un diseño institucional que anteponga a las instituciones que a las personas; de un sistema de pesos y contrapesos que permita fiscalizar el papel de los gobernantes; de un Estado de Derecho que se imponga ante las pasiones individuales.

SAN AGUSTÍN DECÍA: "LA soberbia no es grandeza, sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande, pero no está sano";en este sentido los gobernantes que pecan de soberbios pueden mostrarse como poderosos, sin embargo, se encuentran tan cerca de sus propios límites, que su fragilidad los hace demasiado vulnerables.

MORENA COMO MÁQUINA electoral hemos reconocido que tiene resultados impresionantes, en menos de seis años de su fundación se hizo con el control del Poder Ejecutivo y una mayoría considerable en las Cámaras del Congreso de la Unión, una hazaña sin precedentes en el sistema político mexicano; doce años después controla la gran mayoría de los gobiernos locales, repite la titularidad del Ejecutivo y amplifica su control en los órganos Legislativos.

SIN DUDA ALGUNA ESO ES UNA hazaña de reconocerse, sin embargo, pueden ser víctimas de su propia leyenda; Luis H. Álvarez sentenció para los panistas: "Nunca nos derrotó la derrota, que no nos derrote ahora la victoria"; sin embargo, cuando dejaron de ser oposición, perdieron la brújula que siguen sin recuperar.

EL LIDERAZGO DE ANDRÉS Manuel López Obrador fue fundamental para la oposición y para la construcción democrática, pero al invertirse los papeles cuando él y su movimiento asumieron su posición de gobierno, considerando los abultados triunfos que han conseguido, se están dejando guiar por la soberbia, están negando toda posibilidad de diálogo, la sordera es la característica para imponer su voluntad y ante todo argumento, se cierran las puertas señalando que fueron arropados por millones y millones de votantes.

ES ASÍ QUE LA FUERZA MORENISTA ha llevado gran parte de las gestiones gubernamentales, desde la imposición de sus mayorías en los órganos legislativos, hasta gobernadores que pretenden que por los votos conseguidos no tienen que rendirle cuentas a nadie.

MORENA EMPUJÓ UNA reforma judicial que tiene vicios por todos lados, un cambio de paradigma que no resuelve los problemas, sino que por el contrario, corre el riesgo de agravarlos; una reforma que atenta contra la democracia; pero más allá del fondo, la forma rompió sus propias proporciones.

TODOS LOS IMPULSORES DE LA reforma violaron el Estado de Derecho al saltarse las suspensiones en materia de amparo, el uso faccioso de las instituciones mostró un comportamiento de un poder desbordado que no encuentra sus propios límites y para cerrar con broche de oro, fueron capaces de brindar con el diablo a su salud a costa de imponer su voluntad.

ANDRÉS MANUEL YA VA DE salida, lo bueno o malo que hizo ya será parte del pasado y como él mismo diría “lo juzgará la historia”, pero ¿Por qué Claudia Sheinbaum permite que lesionen su legitimidad de esa forma? ¿Por qué dejar que alguien más ponga gobierno ante la ausencia de un real ejercicio de poder por parte de ella? ¿Por qué se presta a mostrarse con tal debilidad frente al presidente que está a días de dejar su cargo?

LA FACTURA DE LA REFORMA DEL Poder Judicial no la pagará la administración que cierra, terminará siendo parte de los pasivos del nuevo gobierno y puede ella creer o no que la reforma es adecuada y pertinente, pero si no fue capaz de separarse del estilo para imponerse, es probable que la continuidad sea algo mucho más profundo que un mero discurso.

CLAUDIA LLEGÓ CON UNA legitimidad social incuestionable, nadie niega el resultado electoral, pero la forma en cómo están ejerciendo el poder durante la transición gubernamental, le resta peso a ella; y a ello se suman los cambios que plantean dinamitan los pocos pesos y contrapesos que se construyeron durante la transición democrática.

UN PODER QUE NO TIENE LÍMITES pierde legitimidad, un poder que se desborda se desgasta sobremanera; hoy Morena y sus aliados pueden creer que tienen la chequera en blanco por el número de votos que lograron, pero no son barriles sin fondo y por lo menos en este momento, pareciera más un desperdicio de legitimidad que una inversión para fortalecer la posición de Claudia.

EL TIEMPO NOS DIRÁ CUÁL FUE EL resultado real, en términos políticos, de esta serie de decisiones que se están tomando, pero a simple vista, pareciera un error que se va a pagar caro.

@josesolisb