Jorge Chessal Palau | 19/09/2024 | 10:17
A VENECIA SE LE CONOCÍA COMO "La Serenissima" debido a su estatus como una de las repúblicas más poderosas, ricas y estables de la Edad Media y el Renacimiento. El nombre completo de la ciudad-estado era "La Serenissima Repubblica di Venezia" (La Serenísima República de Venecia).
ESTE TÍTULO REFLEJABA EL prestigio y la grandeza de Venecia, su habilidad para mantener un gobierno estable y eficiente durante siglos, y su reputación de ser un lugar de paz y armonía en una época llena de conflictos y guerras. Además, la ciudad era conocida por su diplomacia, su poder naval y comercial, y por ser un centro cultural y artístico de gran influencia en Europa.
POCO SE PARECE NUESTRA querida ciudad de San Luis Potosí a la Serenissima Venecia, salvo por lo que se refiere, según las últimas experiencias de muchos, al poderío naval.
Y ES QUE CON LAS LLUVIAS QUE SE han dejado sentir en el valle de Tangamanga en este año, de la sequía apremiante pasamos a las calles navegables; de la falta de agua, a los desfogues de excedentes sin control.
GRACIAS A LA FALTA DE continuidad en los programas y planes de desarrollo urbano, a la política y a la ineficiencia de algunos personajes que a lo largo de la historia han sido responsables del crecimiento de la ciudad y, por supuesto, a una gran aportación de ciudadanos indolentes, poco envidian los canales venecianos a nuestras avenidas.
UNO DE LOS TEMAS DE MAYOR entidad en el desarrollo de los centros urbanos es, sin duda, el agua. De ahí que podemos afirmar que es casi el elemento decisor primario para determinar hacia dónde crecen las ciudades, no solo a lo ancho sino también a lo alto.
LA FALTA DE UN SISTEMA adecuado de captación, almacenamiento, distribución, conducción, saneamiento y recuperación de aguas, así como el uso responsable y la generación de condiciones adecuadas para su utilización, hacen fácil que veamos los cauces urbanos correr con rebosantes cantidades del líquido que luego añoramos, cuando la naturaleza nos olvida.
POR SUPUESTO QUE EN TODO esto no debe perderse de vista que hay una responsabilidad compartida entre autoridades estatales y municipales, no de hoy, sino de tiempo atrás. Lo importante es que quienes actualmente ocupan los puestos de decisión se pongan de acuerdo para que las calles de San Luis sean calles y no canales gondoleros.
UNA COSA MÁS: NO DEBEN perder de vista las instancias gubernamentales que existe el derecho humano a una buena y diligente administración pública, de manera que siempre es factible que se reclamen indemnizaciones a los entes públicos por su descuido y falta de atención a este tipo de cuestiones y sus diversas expresiones.
NO CABE AQUÍ ESO DE QUE “agua que no has de beber, déjala correr”; su aprovechamiento y uso racional en buena medida puede generar condiciones de progreso.
POR EL CONTRARIO, SEGUIR COMO estamos nos garantiza que pronto tengamos que pensar en lanchas y canoas unas veces y en camellos en otras.
@jchessal