El Rey Juan Carlos de España asistió esta semana al funeral de Alejandro Fernández de Araoz y Marañón, donde trató de evitar los cuestionamientos de la prensa sobre su decisión de mover su fortuna en el extranjero a través de una fundación.
Esta fue la primera aparición de Juan Carlos luego de que saliera a la luz que creó una fundación en Abu Dabi para, aprovechando las legislaciones de los Emiratos Árabes Unidos, centralizar su fortuna fuera de España y transferir más fácilmente su millonaria herencia a sus hijas, las infantas Elena y Cristina.
Varios medios de comunicación internacionales esperaban su llegada al funeral, donde los cuestionaron sobre sus movimientos monetarios. Sin embargo, el monarca evitó hablar sobre la fundación y sobre el libro de memorias que supuestamente se encuentra escribiendo.
Hace unas semanas se informó que la organización de Juan Carlos se creó para garantizar que Elena y Cristina accedan a su fortuna cuando este fallezca, un movimiento legal en Abu Dabi, pero que para muchos ha sido éticamente cuestionable.
La fortuna, calculada por la revista Forbes, asciende a mil 800 millones de euros (casi 2 mil millones de dólares), y se especula que gran parte de su patrimonio estaría en Suiza.
El objetivo de dicha fundación, en cuyo patronato figuran las hermanas de Felipe VI, es dar a conocer la figura del Rey Juan Carlos mediante la financiación de actividades educativas y culturales.
Ante este movimiento, también durante el funeral de Araoz y Marañón, la infanta Elena fue cuestionada por los medios españoles, optando por seguir la misma línea de silencio del monarca.
La infanta asistió el fin de semana a la clausura de los Juegos Paralímpicos, motivo por el que no estuvo presente junto al resto de su familia en el funeral de otro amigo cercano de la familia, el de Juan Gómez-Acebo.
También destacó que ni Juan Carlos ni Elena quisieron hablar del cumpleaños número 24 de su nieta Victoria Federica, que según el medio Vanitatis habrían celebrado horas antes del funeral con un almuerzo familiar en el Palacio de La Zarzuela.
Para este festejo, de acuerdo con la publicación, el Emérito regresó al que fue su hogar durante 40 años, y en el que no ha vuelto a dormir desde que instaló su residencia en Abu Dabi en agosto de 2020.
Intentando no ser captado por la prensa, el monarca accedía al Palacio por una puerta poco transitada en lugar de por la principal, como suele ser lo habitual.
Horas después, tras compartir un almuerzo informal con algunos miembros de su familia como el Rey Felipe (sin la Reina Letizia), Doña Sofía, las infantas Elena y Cristina y la cumpleañera, Victoria Federica, el Emérito abandonó La Zarzuela para dirigirse a la iglesia de Los Jesuitas, para el funeral de Araoz y Marañón.
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