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Mal y Tarde

Leopoldo Pacheco | 12/09/2024 | 08:11

EL RESULTADO QUE AHORA TODOS conocemos con respecto a la aprobación para una reforma en el Poder Judicial ha resultado en una serie de reacciones que van desde el Mea Culpa, el rasgado de vestiduras, hasta al así soy y que.

 

UNA PARTE DE LA CLASE POLÍTICA asume como una realidad verdadera que el país a partir de ahora se irá al carajo, aquellos que, desde que se habló de esta posibilidad y no han hecho otra cosa más que plantear un escenario apocalíptico, cuando se les olvida que lo que hoy somos necesariamente implica responsabilidad de lo que hemos sido.

 

SI AQUELLOS QUE ESPERABAN que el pueblo, el ciudadano común reaccionara en rechazo masivo a esta reforma, se olvida de una premisa básica que también es cierta: casi nadie simpatiza con los jueces. Y aunque parezca muy pragmático de mi parte, amigo lector, yo le diría que desde la misma perspectiva el presidente López Obrador le apostó al mismo gallo.

 

NO ES PONER EN DUDA UNA consecuencia que significa un cambio sustancial que posiblemente resulte en el inicio de una relación nueva entre los ciudadanos y sus instituciones, buena o mala, el tiempo lo dirá. Sin embargo subrayó que esto que hoy estamos viviendo se habría anticipado desde hace ya muchos años.

 

LA CIRCUNSTANCIA EN LA QUE SE dan las cosas por esa aplanadora que refiere al mayoriteo del que se dice es una práctica anti democrática; se les olvida la Roque Señal por ejemplo, cuando el gobierno de Ernesto Zedillo aumentó el Impuesto al Valor Agregado (IVA), del 10 al 15 por ciento. La misma situación que sin duda quedó inmortalizada por la pose del entonces diputado federal priísta Humberto Roque Villanueva, y de lo cual ya han pasado 28 años.

 

ESTO SI USTED QUIERE VERLO desde ese punto de vista como un “padecimiento”, no es otra cosa más que la consecuencia de malos gobiernos y la forma más antidemocrática y charra, si gusta usted verlo así. Pero no nuevo, no si tenemos memoria y sabemos que las prácticas de pasarle por encima a la oposición era o siempre ha sido un escenario ordinario de la política interna del país.

 

POR ESO LO QUE SUCEDE AHORA es más un histrionismo político que una legítima defensa del Poder Judicial que se dejó ser siempre, bien o mal.

 

MAL Y TARDE SE ME ANTOJA comentárselo de esta manera, porque ahora hay quienes hablan de traición a la patria, de venderse, de irresponsabilidad política, cuando esto no es más que un platillo que nos hemos comido todos los mexicanos pero ahora de un cocinero diferente.

 

QUIEN EN SU OPINIÓN PUEDE expresar que estamos sin duda en una transformación que a muchas personas no les parece. Pero a una gran mayoría que habría vivido desarraigada, ahora les llena el estómago.

 

LAS COSAS VAN A CAMBIAR, SÍ, pero la resistencia al cambio será la más inútil respuesta a superar esta etapa. Lo que estoy seguro que hará que se sobreviva, será más bien adaptarse a estos cambios y desde ahí trabajar hacia mejores ideas que resulten en respuesta a las demandas populares.

 

El elitismo político que finalmente está extinto da paso a nuevas figuras en el escenario mexicano.

 

CUANDO SE HABLABA DE UNA transformación posiblemente se pensaba que sería por “encimita” y aunque mucho de lo que se está haciendo se diga que se está haciendo sobre las rodillas, la verdad es que está ocurriendo pese a todo y se darán cuenta que será mejor actuar que llorar por el pasado que ya se fue.

 

HASTA LA PRÓXIMA.