Angelina Jolie se llenó de reconocimiento en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), donde presentó su sexta película como directora, Without Blood, y recibió el premio Tributo TIFF en Impacto en los Medios.
Brillo no le ha faltado, ya que hace poco más de una semana estuvo en Venecia para presentar la cinta Maria, donde interpreta a Maria Callas, pero ni todo ello hace que la ganadora del Óscar se sienta realmente realizada.
Durante la entrega de los premios Tributo, donde también se honró a Amy Adams, Cate Blanchett y David Cronenberg, la protagonista de Inocencia Interrumpida (Girl, Interrupted) admitió que le pesa que aunque como directora se ha centrado en mostrar guerras y conflictos, no ha generado un cambio.
"He querido comprender cómo la gente puede verse impulsada a cometer tales actos de violencia y crueldad contras sus semejantes. Quería creer que las historias nos permiten comprender nuestra humanidad compartida y podrían hacer que estos horrores fueran menos probables.
"Cuando me preguntan cómo me siento respecto al estado del mundo actual, admito que me siento enferma. Después de luchar por los derechos humanos básicos para todas las personas, sólo para ver que la realidad empeora para muchos, me siento parte del fracaso del sistema", expresó durante su discurso.
La estrella de películas como Maléfica (Maleficent) lamentó que la prioridad en el mundo no son los derechos humanos, sino proteger negocios y al poder, pero remarcó su compromiso con su vocación porque confía en que el cine es la mejor plataforma para dar a conocer otras perspectivas.
"Conocernos unos a otros hace más difícil que se difunda información errónea o se creen divisiones, y empatizar unos con otros, como el arte nos permite hacerlo, puede ayudar a crear la unidad que necesitamos. No tenemos certeza de éxito, pero no tenemos otra opción que ser humanos y seguir creando", finalizó.
Aquel espíritu guió su nuevo largometraje, Without Blood, protagonizado por Salma Hayek y Demian Bichir, e inspirado en la novela de Alessandro Baricco.
La historia se centra en Nina (Hayek), quien en su infancia presenció el asesinato de su padre a manos de Tito (Bichir). Tras el homicidio, el criminal descubre a la niña, pero le perdona la vida. Años después, ambos se encuentran, lo que dio espacio a lo que la actriz llama "zonas grises de los seres humanos".
"No se trataba de definir quién era bueno, quién era malo, sino de abordar el posconflicto, algo que creo que estudié mucho en las películas que dirigí y escribí", dijo Jolie a Deadline.
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