Claudia Guadalupe Martínez Jasso | 07/09/2024 | 13:07
¿Todo este tiempo has estado viviendo tu propio Destino o alguien más escribió el guion de tu vida? ¿Has prestado atención a tu corazón, tu intuición, tus profundos deseos y a tu cuerpo cuando tomas una decisión? ¿Vives como protagonista o acaso siempre estás intentando encajar traicionando tu esencia única?
¿Has despreciado a alguien más solamente porque no seguía las reglas de algún grupo momentáneo en tu vida? ¿Hace cuánto tiempo hiciste algo que verdaderamente llenara tu Alma al cien por ciento? ¿Cuándo fue la última vez que fluiste y te sentiste satisfecho(a) con tu camino? ¿Resuena en ti, en tu cuerpo, cuestionarte ahora?
No es falta de amor la mayoría de las veces, cuando los Padres proyectan en sus hijos los deseos de toda su sociedad, cultura, grupos y el árbol genealógico. En muchos casos es protección, en otros es que a ellos les funcionó, en otros es porque viven atrapados en el qué dirán, aún no hacen su individuación con sus propios padres y clan familiar o bien puede ser también que exista cierto nudo narcisista en la familia que diga: -Tienes que ser como yo, si no, eres excluido(a). Aquello que sea diferente a mí no forma parte de este sistema.
Todos nacemos con deseos proyectados de todo un clan, a nivel inconsciente y muchas veces de forma muy conciente. Nacer en cierta familia te marca un camino preestablecido de antemano, sin siquiera darte la oportunidad de explorar en tu Alma quien eres. A veces, no te ven a ti, ven al que deberías de ser de acuerdo a las reglas implícitas en el inconsciente familiar. Ya estás destinado(a) por tu género, la época o el número de hijo que ocupas en la hermandad a ciertas vivencias o roles a cubrir.
O bien, si te llamas como alguien más de la familia o te pareces mucho a algún(a) ancestro(a), eso te convierte en el doble de otra persona de tu sistema familiar y por ende estás destinado a repetir, reparar o compensar ese Destino, hasta que no lo hagas conciente y realices tu individuación. En esta familia las personas más valiosas son las que estudian medicina o Ingeniería, los que profesan cierta religión, son fanáticos de algún deporte, intelectuales o cualquier otra tendencia, espiritual o ideológica.
A veces, el árbol genealógico se convierte en una tela de araña de la cual es casi imposible tomar impulso para volar y desarrollar más prosperidad y abundancia, porque la tendencia neurótica a la repetición se convirtió en el diario vivir y los personajes de la historia deben ser clones que repiten las mismas cosas, a diario y si te sales del guion puedes ser castigado con la indiferencia o convertirte en el que lave las culpas.
El camino del héroe o la heroína, consiste en hacer tu individuación y eso no quiere decir que seas El o La rebelde iracundo(a) que desafía las normas establecidas para convencer a tus ancestros de que tienes la razón y que las cosas ahora son diferentes.
Más bien tiene que ver con que te preguntes profundamente ¿Quién soy yo? ¿Qué deseo? ¿Qué me gusta? ¿Qué desea mi niño(a) interno(a)? ¿Qué me hace feliz? ¿Cómo quiero construir mi vida? Y entonces cuando tengas estas sinceras respuestas, trabajar interna y externamente para obtener las herramientas necesarias en la vida para convertirte en un(a) verdadero adulto(a), y entonces desde la humildad del corazón y con respeto a los que te anteceden pedir la bendición para hacerlo distinto a ellos(as). ¿Cuántas personas se adolecen diariamente por no estar haciendo algo que les apasiona para seguir dentro de un círculo o ser aceptados en un grupo social? ¿Cuántas personas han tomado decisiones vitales que no les satisfacían con tal de no enfrentarse al conflicto que la individuación trae? Porque si, parte del camino del héroe o heroína, es que cuando digas tu verdad, tomes la decisión de hacer las cosas distintas, de vivir tu autenticidad, decir tu verdad y mostrar los dones de tu Alma, el grupo se va a resistir, en efecto, si, es parte de crecer espiritualmente, es parte de convertirse en la versión más elevada, la de vivir EL SER ESENCIAL. Un(a) adulto(a) conciente es alguien que tiene integridad entre lo que dice, piensa, siente y hace. Ofrece sus dones y los pone al servicio de la vida viviendo su propio destino. ¿Qué dirán de mí? Pueden decir muchas cosas desde la envidia, el prejuicio, la rigidez, la ortodoxia, el miedo o la repetición, pero eso jamás te define.
La libertad no consiste en hacer lo que sea, en un hedonismo irresponsable y digno de una adolescencia no elaborada. No. La libertad consiste en llegar a encarnar las VIRTUDES y desde allí ofrecer una adultez auténtica en dónde tal vez rompamos patrones y paradigmas, pero desde el respeto. Nos convertimos en los guionistas de nuestra vida viviendo desde el corazón y nuestra propia verdad, siguiendo nuestro apasionante deseo de expresar lo más virtuoso del Alma propia. No importa lo que digan de ti, abre los brazos y deja que las palabras traspasen tu cuerpo y se las lleve el elemento del viento. Enfócate en SER. Eres, has sido y serás siempre un(a)bendecido(a) de la luz Divina. En dos siglos nadie nos recordará.
¿Cuántos años te quedan para vivir tus sueños? Respira y adelante. Con una sonrisa date el permiso de permitirte SER quien eres, no quien te han dicho que debes ser. Cuando estés alineado(a) con tu felicidad, entonces la única pregunta que te va a importar será ¿Qué es lo que digo yo de mí? Y entonces, esta vida con todo y sus conflictos no habrá sido en vano.
Gracias por caminar juntos.
Tu terapeuta
Claudia Guadalupe Martínez Jasso.