Acabo de ver un video donde el Diputado Juan Carlos Valladares Eichellman declara a los medios que está a favor de la Reforma Judicial y por lo tanto habría de haber votado en ese sentido. El video circuló mucho en las redes porque no es tan usual que alguien con un perfil empresarial y de persona que muy seguramente tiene resuelta su vida cuando menos en lo económico se salga del esquema en el que conservar los mecanismos y organización de las Instituciones como hasta ahora y por mucho tiempo se han mantenido suele identificarse más con el capital, con el des empresariado, con "el abolengo" sin calificar a mansalva y sin excepciones.
Tanto es así que cualquiera que tenga un mínimo interés en la vida pública y la política podría decir "como cambian las cosas y las circunstancias" o igualmente "como cambian las circunstancias a las cosas"
Resulta que llama más la atención porque se da el caso en días pasados en que algún sobre excitado ciudadano demuestra y condena al impulso de una moral particular al Diputado Juan Ramiro Robledo, pues lo decepciona que éste actúe de manera diferente y contraria a lo que él (el sobre estimulado por su disgusto y su particular forma de observar la ética) hubiera deseado o esperado de alguien que se ha sodeado y movido en círculos sociales en los que generalmente no se piensa ni se actúa así, saliéndose de los límites que la sociedad medio o muy conservadora han establecido.
El surgimiento de este nuevo paladín de las buenas costumbres políticas y sus manifestaciones, se incluyen -y así debe ser- entre los derechos fundamentales de los que debemos gozar todos en una democracia. Se tiene derecho a pensar y a decir lo que piensa o creemos que pensamos, eso no está a discusión y si con ello se lastima, se desprestigia y se violenta en yante su comunidad, eso es asunto intrascendente pero no es el tema de estos comentarios. El asunto que pretendo abordar es la diferencia de tratamiento social entre los dos actores y legisladores citados. A uno se le expone al desprestigio y casi a un linchamiento ya cuando va a terminar su función y a otro se le ignora o se pretende no registrar lo que dice y hace, pese a lo desconcertante que podría parecer su actitud en el sector en que s e desenvuelve. Recordando el clásico digo: ¿qué nos pasa? ¿Por qué un trato tan desigual en un caso similar e incluso circulante en los mismos tiempos y tema? Así lo comento con un político avezado en la observación de la conducta en los actores y en la historia política de San Luis; uno que además acusa y condena al diputado saliente y no al joven empresario entrante. Su respuesta es más que interesante: "Juan Ramiro es otro nivel". Veamos, según el entrevistado el joven Valladares hijo de familia consolidada en lo patrimonial y empresario, no cualquiera le va a decir lo mismo por el poder económico que representa y porque lo sienten uno de ellos aunque sus cercanos piensen que está incurriendo en un riegue por aspersión y aunque no les guste la reforma que descalifican y que este dice apoyar.
Pero además porque son "cuestiones distintas"; Juan Carlos defiende sus intereses, los de su grupo y los de su familia y eso al parecer justificaba su proceder, sin que lo dijera expresamente mi compañero de plática. Por parte de Juan Ramiro lo que estaría defendiendo son "conceptos" e" ideas" o sea principios y convicciones ( que igual pueden o no gustar) que son cosas más delicadas y "así no se vale".
Entonces la pregunta que me acomete es ¿Qué defienden los otros legisladores? Pues aunque hay algunas líneas claras en los posicionamientos políticos por cada fuerza política ahí representada que aplican en cuanto a los niveles torales del momento político y social (cómo las Reformas Constitucionales al Poder Judicial, hoy Organismos Autónomos, seguridad, etc) temas en los que casi siempre se cierran filas en las bancadas salvo algún descontento, protagónico o prietitos en el arroz que nunca faltan. Sin embargo en otros temas no menos importantes pero que no figuran en el aspecto comunicacional, a veces deliberadamente ocultos o desatendidos, pasan por las manos y las conciencias (por así decirlo) de los legisladores asuntos de minería, de impuestos, de salud, de medio ambiente, cuestiones civiles, penales y mercantiles, cuestiones de derechos humanos, el aborto, la adopción, el uso de drogas médicas y de esparcimiento, cuestiones forestales, explotación de los suelos hoy y múltiples como diversos tópicos que representan grandes intereses económicos, aún de transnacionales y grupos de poder económico internacionales y del país a cual más o cual menos de la influencia. Pues bien ahí cada Diputado o Senador está políticamente más libre, más suelto en la apariencia.
Pero tienen sobre todo los liderazgos pequeños y medianos dentro de cada bancada la influencia y acoso de los cabilderos que incluso en algunos países se encuentran alguna regularización. Se trata de personajes muy persuasivos y con poder económico para convencer o bien hasta chantajear. Personas que dan apariencia para que el personaje del que se trate pueda llevar una campaña de reparto de bienes en comunidades o que regalen algún bien o de plano buscando garantizar qué tal o cual bien nacional se libre para su explotación -piense usted en el litio- o que el tipo de explotación que le resulte más económica sea autorizada por la ley aunque sea perjudicial al entorno pensemos en el fracking o la minería a cielo abierto, o los tiraderos de desechos contaminantes cuyas rendijas en la ley pueden permitir impunidad o sanciones ridículas o rutas de escape para los deforestados. Miles de temas y subtemas que que toca defender a los legisladores ¿Pero en qué sentido? Y es que muchas veces ni saben ni de qué se trata o no saben dimensionar la problemática que subyace en cada decisión. Y claro ahí los liderazgos llevan mano, pero hay para todos si se prestan a las negociaciones. No piense usted que estoy muy ligero de imaginarlos el día de hoy, hoy creo que veo muchas películas de conspiraciones conspiradores y conspirativos. Eso sí muchas otras cosas más tienen la realidad en México y en otros lares y todas pasan por las cámaras, dónde suponemos las defienden quienes elegimos para defendernos lo cual siempre necesitamos probar con un espíritu crítico. Dudar es el primer paso para el conocimiento real. Cámara de viene de la palabra griega Kamára y es un término arquitectónico para referirse a una bóveda. Y más tarde utilizado en latín para lo que está cubierto, a lo que no está a la vista de todos. A los trabajos intelectuales que deben aislarse del común de las personas del pagano o de quien no está iniciado. Entonces habrá que cuidar lo que pasa en las cámaras o cómo decimos en México: Cámara con la Cámara.