Claudia Martínez Jasso. | 24/08/2024 | 03:59
¿Cuántas historias podría narrar tu cuerpo? ¿Te has detenido a pensar en todas las transformaciones maravillosas que ha experimentado tu cuerpo físico desde que eras microscópico(a) hasta el día de hoy que te miraste en el espejo o de reojo en alguna ventana? Este templo cósmico ha guardado a tu Ser, a tu Alma, la semilla Divina que tú eres durante todos estos años. ¡Es un milagro! Son 12 sistemas que danzan en sincronía y constantemente se entretejen para que puedas expresarte, crear, amar, aprender, vivir, existir como materia en este planeta. Tu cuerpo contiene el don de los sentidos para experimentar las caricias, los aromas, los paisajes, la belleza, los sabores, la música. ¡Qué maravilla! Detengámonos a reflexionar acerca de las posibilidades que esta creación natural tiene al danzar, al expresar vibraciones melódicas, al construir, consolar, ayudar, bendecir. Cuantas proezas se han logrado con este ente sagrado que es el cuerpo. Un regalo amoroso de la Madre tierra, que es de dónde ha salido todo lo que vemos sobre la corteza terrestre. ¿Qué pasaría si te permites realizar el acto consciente de escucharlo? ¿Cuántas cosas te contarían tus vísceras, los órganos internos, la piel, el cerebro? Si te das diez minutos diarios de escucha plena, de sentirte, de estar atento(a), alerta a las sensaciones, los pequeños dolores, las molestias, es muy posible que esta conversación evitara síntomas de deterioro y desarmonía más adelante. El problema es que no nos enseñan a tener esta conexión con nuestro cuerpo, hasta que nos grita. Hasta que el inconsciente biológico intenta a toda costa y de manera emergente salvarnos del peligro, de la muerte, del trauma o a partir de una enfermedad.
¿Y si creas un hábito? Por la noche, cuando todo está en calma, las voces se apagan, el barullo de las calles disminuye, el ruido de la mente se hace intenso y tienes la oportunidad de estar presente, para ti, con mucho amor para ti, cierras tus ojos y escaneas desde tus pies hasta tu cabello y pones atención acompasada de tu lenta y profunda respiración y escuchas y recibes los mensajes resguardados por años. ¿Qué te diría tu cuerpo? Necesito agua, por favor dame descanso, necesito minerales, me hace falta sol, es urgente ejercitarme, dame la oportunidad de fluir y liberar con un masaje. Los pulmones estamos guardando las tristezas de tus ancestros, yo, tu estomago estoy utilizando mucha energía en digerir conflictos no resueltos con tus familia, yo, tu garganta estoy anudada porque no dices lo que piensas, porque dejas guardados tus pensamientos y tus límites son endebles, yo tu útero estoy resentido de tantas pérdidas y dolor no expresado de la maternidad en el sistema familiar, yo tu cuerpo adelgazo escandalosamente porque tengo la profunda herida de rechazo y te ayudo a desaparecer, yo, tu cuerpo, estoy rígido porque la herida de injusticia me tiene constantemente a la defensiva y me exiges una perfección inaudita, yo tu cuerpo, estoy endeble, caído, porque tu herida de abandono sin sanar me hace desparramarme por la tristeza, yo tu cuerpo, estoy sin poder bajar de peso porque la herida de humillación me crea capas protectoras porque vives avergonzado(a), yo, tu cuerpo, no estoy ligero porque tu herida de traición me vuelve tan musculoso(a) y llamativo(a) que no puedo liberarme de una fuerza acorazada que te resguarda de volver a confiar. Yo tu cuerpo, estoy cansado, de tanta chatarra, de tóxicos, de descuidos, de indiferencia. Necesito los frutos de la tierra, las verduras, las semillas, germinados. Necesito la medicina que equilibra, la naturaleza. Yo, tu cuerpo te sostengo, te mantengo y no tengo el mantenimiento necesario. Estoy guardando tantas emociones durante años, en esta caja fuerte que está en tu inconsciente, pero ya no puedo más.
Otra posibilidad es que tu cuerpo, te agradezca con amor todo el cuidado, la presencia, los masajes, el ejercicio, la buena alimentación, tus visitas a las terapias para tu salud emocional, para tu salud mental, energética y espiritual. Que tu cuerpo, te sonría en gratitud por crear belleza y armonía desde su existencia, Que tu cuerpo se sienta atendido, desintoxicado, oxigenado, en sincronía con los otros cuerpos creaciones Divinas, los árboles, flores, animales de otras especies, los elementos y se sienta honrado por tu gratitud. No somos el cuerpo, pero lo habitamos. Cuidemos este hogar efímero que es un regalo del cielo por un tiempo determinado. Porque dentro de nuestro cuerpo existen sistemas endocrinos que nos llevan a iluminar nuestra conciencia. Dejemos que nuestra Alma nos guíe por el camino de la virtud y encontremos el mapa de las maravillas que al meditar, al hacer yoga, al caminar y contemplar la belleza de la creación natural, al conversar frente a frente con un ser amado, al saborear el dulce aroma y textura de un fruto maduro, al conectarnos con la luz del Espíritu aquí en la materia recordemos lo que es Ser ese micro cosmos en un infinito macrocosmos, esa perfección geométrica y vibracional con posibilidades eternas e ilimitadas, en un pequeño cuerpo a imagen y semejanza de la fibra Divina. Acepta, ama, perdona, reconcíliate con tu cuerpo. Tú eres perfecto(a). Deja que tu Alma habite su actual templo. ¿Y si te sonríes hoy al espejo?
¡Cuéntame!
Te abrazo
Tu terapeuta
Claudia Martínez Jasso.
SanArte4