Sobre los pasillos de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM se desplaza César Yerán a bordo de una silla de ruedas motorizada, cuya presencia motivó cambios en la Máxima Casa de Estudios para volverla más accesible, de acuerdo con UNAM Global TV.
"Quiero acabar la carrera. Quiero ser desarrollador de videojuegos. Quiero visitar un montón de lugares. Quiero tener un montón de aventuras con mis amigos", aseguró el estudiante de Ingeniería Eléctrica Electrónica.
Además de Yerán, hay dos mil estudiantes con discapacidad en la UNAM, apunta el medio universitario. Él nació con focomelia o ausencia de extremidades, así que vive con discapacidad motriz, puntualiza.
A Natalia Patrón, su inseparable amiga, la conoció en el primer semestre. Para una asignatura, la también alumna de la FI debía realizar una exposición sobre cualquier asunto, así que con su equipo decidió aprovechar la actividad para investigar las rampas del plantel.
"Yo siempre estoy viendo '¿César pasa por aquí?'. Entonces vemos el mundo de otra forma. Los caminos no se ven igual", comentó la estudiante.
Patrón y su equipo descubrió que la mayoría de rampas eran de carga, por lo que se han cambiado las pendientes para mejorar la movilidad de Yerán.
"La Facultad ha empezado a sensibilizarse con estos temas de accesibilidad e inclusión para trabajar en cambiar los espacios y que César pueda tener una mejor movilidad durante su estancia aquí en la universidad", dijo Joshimar Mendivil, jefe del Departamento de Protección Civil y Seguridad en la FI.
Yerán, de 19 años, sabe que estas modificaciones no representan un beneficio únicamente para él, sino para otros estudiantes con discapacidad a futuro.
"Estos cambios que se están haciendo: lo de la rampa (y) lo de los elevadores no sólo es para mí, sino para futuros ingenieros que quieran ingresar", destacó en un video de UNAM Global TV.
Ingeniero en formación... ¡y artista!
Otra pasión de Yerán es el arte. Además de escribir con la boca, pinta con ella e incluso ha llevado a cabo actividades de sensibilización para la comunidad universitaria.
"Fui a dar una demostración aquí en la Facultad y los que quisieron participar tuvieron que dibujar con un pincel y pinturas, pero la condición era hacerlo todo con la boca, sin ayuda de las manos", relató el pintor.
Quiere mudarse a otro país y ser desarrollador de videojuegos en una empresa reconocida. Su sueño es diseñar un videojuego de mundo abierto sobre leyendas mexicanas. De esta manera mezclaría sus pasiones: el arte, la programación y los videojuegos.
Sólo cuatro de cada 100 personas con discapacidad ingresan a la educación superior, según cálculos de Claudia Peña, titular de la Unidad de Atención para Personas con Discapacidad (UNAPDI).
La educación, precisa, es un derecho fundamental y permite a las personas acceder a otros, como al trabajo o a la seguridad social.
Con información de UNAM Global TV.
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